Thursday, December 15, 2016

Dos columnas sobre la UPR

La UPR es mejor que las universidades privadas

Columna escrita por Raúl A. Pérez Rivera en el periódico El Nuevo Día del miércoles, 14 de diciembre de 2016

Varios programas de radio se dedicaron recientemente a menospreciar a la Universidad de Puerto Rico. Argumentaban que en las privadas había mejores profesores, mejor equipo, mejores estudiantes y que hacían el trabajo con ¼ parte del presupuesto de la UPR.
Sin lugar a dudas algunas privadas han hecho grandes avances, particularmente aquellas que en sus ofrecimientos incluyen programas graduados. Sin embargo, la gran mayoría de los departamentos son pequeños y parte de los ofrecimientos graduados son ofrecidos por profesores de la UPR, que trabajan  a tiempo parcial.
De igual manera, hay una amplia representación de facultad de la UPR, en los comités de tesis, tanto a nivel de maestría como de doctorado. Sin este personal, muchos de los programas graduados en las privadas, particularmente en el área de ciencias, colapsarían.
Obviamente, que algunas de las privadas tienen que tener buen equipo a la par con los cursos graduados que ofrecen. Pero recintos como el de Humacao, en donde todos los programas de ciencia son a nivel de grado técnico o bachillerato, cuentan con laboratorios equipados con equipo sofisticado, (ej. microscopios electrónicos), que permiten a profesores y estudiantes hacer investigación de alto calibre y a tales efectos no tienen que envidiarle nada a las privadas.
En todos los recintos universitarios hay excelentes estudiantes. Sin embargo, la selección tanto a nivel sub-graduado como graduado es más rigurosa en la UPR. Un número considerable de los estudiantes diurnos,  a nivel sub-graduado, que hay en las escuelas privadas son estudiantes que no han sido aceptados en el sistema de la UPR. 
Las privadas pueden trabajar con presupuestos más pequeños, por varias razones. Entre estas: departamentos con poco personal (tienen una gran cantidad de contratos a tiempo parcial), sus profesores tienen una carga académica mayor que los de la UPR (y sobre el promedio de los EUA), los salarios de los profesores son mucho más bajos que los de un maestro de escuela superior en los EUA, contratan la gran mayoría de los servicios y tienen menor duplicidad de trabajo administrativo que los recintos grandes de la UPR.    


Once recintos, una UPR
Columna escrita por Michelle Gotay Morales en el periódico El Nuevo Día del miércoles, 14 de diciembre de 2016

La educación es el arma más potente para cambiar el mundo (Nelson Mandela).
Con la creación de la Universidad de Puerto Rico el jueves, 12 de marzo de 1903, nuestra Isla emprende el proyecto de educación superior más prestigioso hasta hoy día. Esto es así porque durante el año en curso el Recinto de Mayagüez logró colocarse entre las mejores 1,000 universidades a nivel mundial, según el Center for World University Rankings. Mientras, la UPR como institución logró posicionarse en el puesto 59 de 526 universidades iberoamericanas, establecido por el Ranking Iberoamericano, debido a su excelencia académica, no obstante esa posición alcanzada debe producir un estímulo adicional en la Universidad. 

Consiste en promover con ahínco la investigación, pero no solo la docente, sino también la estudiantil. De esa manera, la producción intelectual de la juventud emprendedora será conocida con igual importancia y pertinencia que la docente a través de publicaciones en revistas académicas, pertenecientes a los once recintos universitarios y sus respectivas facultades y escuelas, y, a su vez, se den a conocer en el exterior. 

En el mundo competitivo actual, tener la oportunidad de publicar investigaciones en revistas académicas y libros siendo estudiantes puede ser la llave que posibilite ingresar a una escuela graduada de los once recintos e incluso posteriormente integrarse al claustro de la Universidad de Puerto Rico o fuera del país. Además, el Estado debe mejorar la disponibilidad de becas para los/as estudiantes graduados/as.    

Sus acervos bibliotecarios son imprescindibles y de incalculable valor, y pueden aportar nuevos horizontes investigativos. De ahí, la importancia de preservar las colecciones bibliotecarias de los recintos e impulsar una mayor diseminación de conocimiento con investigaciones noveles y de envergadura a través de revistas académicas y la Editorial, que aquilatan el buen nombre de quien la escribe y de la institución. También debe fomentarse más la importancia educativa, social y cultural que provee el presentar sus investigaciones o proyectos artísticos en conferencias y simposios o exhibiciones tanto locales como internacionales. La investigación académica y artística, y su cultura enaltecen el prestigio de nuestra Universidad glocalmente y, por ende, deben ser prioritarias su promoción y respaldo aún en medio de grandes crisis fiscales y económicas.   

Otro asunto acuciante es su plan académico y su proyección nacional, las que deben valorar con igual importancia tanto a las facultades y escuelas con una visibilidad en su rentabilidad, las ciencias, las ciencias ambientales y las ciencias ecológicas aplicadas y la administración de empresas, entre otras, como aquellas con una invisibilidad en su productividad, como es el caso de las humanidades, entre otras. 

Un ejemplo reciente de intentar hacer del Recinto de Río Piedras uno mercantil, fue cuando al Departamento de Estudios Hispánicos, uno de los más longevos y reconocidos, fuera puesto “en pausa” en 2011, mientras a otros los pusieron en una lista para tomar acción sobre ellos después. Una reflexión atinada sobre la literatura y el poder la hizo la primera directora del Programa de Estudios de la Mujer y Género Mara Negrón Marrero en medio de la más reciente huelga universitaria durante su segundo año consecutivo en 2011, y dice así: “Constato una gran distancia entre lo que enseño y lo que hacen y dicen las instancias de poder que ostentan los cargos más importantes del país”. Se me hace urgente hacer constar que todas las facultades y escuelas de la Universidad de Puerto Rico acrecientan por igual su brillo y brío con investigaciones, presentaciones o exhibiciones.    

En adición, la educación de los once recintos debe ser como la profesada por el educador brasilero Paulo Freire, “La educación debe ejercer la libertad y la creatividad” y debe además estar edificada “sobre cimientos de verdad y sobre bases de bien”, según manifestara el educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos y Bonilla. 

La UPR no sin retos tiene de frente un futuro esperanzador. 

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