Sunday, September 18, 2016

Un periodista llamado Enrique A. Laguerre




El periódico El Nuevo Día del domingo 18 de septiembre de 2016, en la sección de “Letras que Invitan”, se menciona una pequeña reseña del libro Un periodista llamado Enrique A. Laguerre, del Dr. Nelson Arnaldo Vera Hernández.


Thursday, September 15, 2016

Carta a Un Amigo


Estimado amigo Hiram:

Nos conocimos desde niños jugando ante las visitas de nuestros padres. Hemos estado en las buenas y en las malas como buenos amigos. Sí amigos. Esta palabra de gran significado que solo quienes lo son, le conocen. Compartimos la escuela elemental y la superior. Por cosas del destino la intermedia nos la perdimos juntos. Convencido estoy que hubiera sido mejor que la superior y la elemental.

Son muchos los recuerdos que poseemos. Las escapadas a la playa, los trucos para visitar novias, los secretos que prevalecen, los momentos de lágrimas enjuagadas, los equipos de baloncesto o volleyball, las penurias por los trabajos, el ayudarnos en todo momento, entre otras. Nunca olvidar la oportunidad que me diste de conducir la “tres potes” cuando la compraste.
Recuerdo cuando en unas navidades Cano y Papi (buenos amigos desde la infancia) nos pusieron unos guantes de boxeo. ¿Qué edad teníamos: 7 u 8? La segunda vez fue en casa de Iby. Salimos juntos para allá, nos pusimos los guantes, recibiendo un solo golpe que rompió mi sien. Todo era un juego y llegamos donde mami. Ella pensaba que era otra cosa. No comprendía que verdaderamente fue un accidente.

No olvidaré las veces que nos metíamos en la improvisada piscina, aunque hubiera lluvia. Escuchar Radio UNA con los éxitos de José José y Camilo Sesto. Ir al baile de graduacion en el 1982. Reirnos y llorar por las situaciones que solo ambos conocíamos. Bromear con las Justas: tu Tigre y yo Tiburón.    

Recuerdo tu boda con Lucy junto a Mary y Willy, a la entrada del Gate 1 en la base. ¿Cómo nos la gozamos? Eras el esposo ideal. 
La llegada de tu primera niña. Te dije en broma que ahí las pagarías. Luego llegó tu segunda, y dije lo mismo. Todo era una broma. Sabía que serías el padre comprensivo, dado a tus hijas. Así fue.    

Años más tarde, en mis funciones como Decano, me encuentro un informe de la guardia universitaria que indicaba de un incidente en el hospedaje de chicas frente a CORA. Por ser fuera de los predios del campus, llamaron al cuartel de San Antonio. Dos oficiales llegaron. Uno de ellos Hiram Badillo Muñiz. La sorpresa porque jamás hubiera imaginado que serías el agente atendiendo la querella.

Nunca estuvimos alejados. No tuvimos encontronazos, pelea, discusión entre nosotros. Aunque pensábamos distinto en algunas cosas, nunca fueron obstáculo para mantenernos unidos.

Hermano, porque así te consideré, me duele mucho tu partida. Hoy 14 de septiembre del 2016, con apenas 52 años, te unes a papá Cano en el cielo. Sabes lo acongojado que estoy en estos momentos de tu partida. Pero también que solo te me adelantaste. Fuiste especial en ello. Nos vemos porque te alcanzaré. Descanza en Paz Indio.