Thursday, March 19, 2020

Escritos de Educación a Distancia en tiempo del COVID-19


Atrasada la isla con su educación a distancia

Expertos en esta modalidad pedagógica consultados por Metro hicieron un diagnóstico y presentaron recomendaciones 

Compartimos escrito de la periodista Jennifer González del jueves 19 de marzo 2020, en el periódico Metro en el enlace  


 Estudios recientes indagan sobre la relación entre la corrupción, el crecimiento económico de los países y el desempeño de las empresas. - Getty Images

La transformación del sistema educativo para dar paso a los salones virtuales —y los retos que eso implica— cobra prioridad en medio de la paralización del país como medida preventiva contra la propagación de la pandemia por coronavirus (COVID-19).

“El sistema actual de enseñanza en Puerto Rico va en una dirección y lo que se leS pide ahora a los maestros es ir en otra dirección, sin la preparación necesaria. Estoy increíblemente preocupado porque nos estamos enfocando mucho en los botones y las herramientas tecnológicas y no se está cuestionando la pedagogía que debe acompañar la educación a distancia, que es mucho más que meramente el toque de unos botones o una herramienta”, destacó el doctor Juan Meléndez Alicea, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

A su juicio, “la educación que tenemos hoy día responde a la que teníamos en el siglo XX”, basada en suministrar información al estudiante que se quedaba pasivo,  porque no tenía más opciones ni recursos. “Pero hoy día, tenemos otra situación, tenemos una explosión de información, lo que implica que ahora hay que ayudar al estudiante a filtrar toda esa información”.

“Tenemos que salir del salón de clases isleño para insertarnos en los salones de clases internacionales. Esto es lo que necesitamos”, sentenció.

En ese sentido, expuso que la educación a distancia tiene un potencial de llevar realmente la educación de Puerto Rico al siglo XXI.

“Es absurdo que estas oportunidades se pierdan. Esto está pasando porque los administrados nunca se preocuparon por la educación a distancia y ahora, de repente, quieren liderar esto. Si no entiendes, no le puedes sacar provecho. Ahora quieren hacer esto tan rápido y a empujones, y así no sirve”, declaró.

Asimismo, resaltó que las herramientas tecnológicas tienen que ir de la mano con  una enseñanza de calidad. “Este es el momento ideal para reflexionar sobre el tipo de educación que queremos y el tipo de país que queremos… Los estudiantes deben salir mejor preparados para trabajar en un mundo globalizado. Si es puramente un embotellamiento y no hay ningún tipo de reflexión, no sirve”, planteó el también investigador en el tema de la educación a distancia.

Con él coincidió el también profesor Eliut Flores Caraballo de Digital Koru.com.

“La capacitación de los profesores para utilizar esa tecnología está muy retrasada. Ahora se están haciendo esfuerzos heroicos para lograr que los profesores y maestros de escuelas puedan capacitarse para, al menos, establecer una comunicación con los estudiantes y trabajar remotamente con ellos”, indicó el también profesor de la UPR.

Basado en su experiencia, enfatizó que la educación a distancia incluso puede ser igual o mejor que la presencial.

“El único requisito es que se planifique bien y se ejecute bien. Lamentablemente, en medio de esta crisis, es difícil cumplir con estos dos parámetros porque no hay posibilidad de hacer un modelo de producción que apoye efectivamente a la facultad. Los profesores no tienen artistas gráficos que los apoyen, no saben cómo hacer videos para hacer conferencias ni cómo hacer evaluaciones correctamente a distancia”, planteó.







Compartimos columna de Carmen Collazo Rivera en el rotativo El Nuevo Día del domingo, 22 de marzo de 2020 disponible en el enlace https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/educacionenlinearetoparaalumnosydocentes-columna-2554927/  



El COVID-19 llegó rápidamente al país y apenas nos ha dado el tiempo para asimilar esta nueva realidad y reconocer que nos ofrece una visión de la vida diferente. 

El virus ha penetrado los diferentes sectores del país con sus consabidas consecuencias.

El sector educativo no está exento y tal vez carga una de las responsabilidades más difíciles de encarar. Esto es, darle continuidad a un proceso educativo público y privado que recaba de un esfuerzo masivo de unidad y responsabilidad por parte de los padres, de los estudiantes, del profesorado y de la comunidad en general.

No estábamos preparados para impartir todos los procesos de aprendizaje a través de un modelo de educación a distancia. Sin embargo, es una herramienta que ha estado disponible por mucho tiempo y que se usaba muy por debajo de su potencial. Ahora más que nunca es una oportunidad que tenemos y que va a requerir mucho esfuerzo de todos para una implantación masiva y exitosa.  



Desde que se comenzó a hablarse del COVID-19 y de cómo estaríamos manejando el proceso de enseñanza-aprendizaje, supimos que teníamos un gran desafío ante la oportunidad de mantener la experiencia educativa a distancia. En este proceso de implantar los mecanismos necesarios para su uso inmediato, hemos recibido un caudal de recomendaciones para docentes y directivos para guiar el aprendizaje en línea. 



Uno de los retos para las instituciones educativas, desde el nivel elemental hasta el universitario, es identificar los mecanismos para apoyar a sus estudiantes de manera sensible y clara ante sus preocupaciones. El personal docente tendrá que usar con regularidad aplicaciones y herramientas tecnológicas como Google Classroom, Class Dojo, Teams de Office, Blackboard, Moodle y correos electrónicos entre otros; lo que implica para este grupo un esfuerzo mayor. 

Los directivos y líderes educativos, tienen que proveer el espacio de capacitación a sus docentes y ofrecer el apoyo necesario para trasladar las actividades formativas presenciales a una experiencia virtual. De igual forma, deben tomar en consideración el reto que enfrentan muchas familias que no cuentan con acceso a internet desde sus casas, que no tienen computadoras para cada miembro de su familia y que tendrán que hacer grandes esfuerzos en el manejo académico de sus hijos e hijas. Esto pudiera aumentar los niveles de ansiedad en las familias. 

Por otro lado, los canales de comunicación representan un reto tanto para las instituciones universitarias como del nivel K-12. La comunicación que se efectúe requiere del uso de un lenguaje claro y conciso para atender preguntas y ofrecer respuestas a la mayor prontitud.

Todo apunta a que el COVID-19 continuará su ritmo acelerado de propagación y el tiempo se alargará para todos. En nuestra trayectoria y experiencia de pueblo resiliente, nos adaptaremos. Es una gran oportunidad para que todos juntos y pacientemente podamos mantener una educación a distancia viva y activa para nuestros estudiantes. En esta propuesta damos gracias a la clase magisterial pública y privada del país y a todos los docentes universitarios que se esmeran por iniciar experiencias educativas a distancia en todos los niveles académicos.