Saturday, September 28, 2013

Las Primeras Elecciones Sindicales en el Parque de las Cavernas del Río Camuy del 1988

              Artículo publicado en la revista El Cuervo 2, Nueva Época, enero-diciembre 2011/2012, páginas 23-26.

Una de las historia laborales menos conocidas en Puerto Rico es la del Parque de las Cavernas del Río Camuy. Este atractivo pertenece hoy día a Parques Nacionales de Puerto Rico. No obstante, para el año 1988 pertenecía a la Administración de Terrenos. Esta agencia fue definida como “patrono” dentro de la definición de la Junta de Relaciones del Trabajo de Puerto Rico siéndole requerido negociar colectivamente[i].

Las notas periodísticas de la época indicaban un ejemplo de una buena administración de recursos humanos, financieros y físicos. Usualmente la prensa puertorriqueña desconocía las situaciones que se daban dentro del maquillaje turístico del Parque. No mostraban algún problema laboral[ii].     

Las primeras noticias de la falta de paz laboral se registraron en la Fiesta de Navidad de la agencia del año 1988 en las nuevas instalaciones del Parque de las Cavernas. Los empelados de la Oficina Centran llegaron hasta las Cavernas como parte del compartir y festejo. Ese día, trabajadores como Deudi Narvaez, Manuel Torres y otros, presentaron a los empleados de las Cavernas, una serie de inquietudes sobre la Administración de Terrenos. Entre ellas aspectos financieros y del proceso laboral que habían iniciado en la Oficina Central. No obstante, fueron muy pocos los que recibieron la información y quedaron de reunirse en otro momento. Entre estos pocos se encontraban Héctor Cruz, Eddie Vélez, Wilma Cardona, Vionette González y Roberto Legarreta.  

Así durante los meses de enero a mayo del 1989 comenzó una serie de reuniones entre los empleados de las Cavernas y la Oficina Central. Se debe hacer claro que de antemano los empleados de las Cavernas habían estado debatiendo los rumores de que una unión obrera quería entrar a la agencia. No obstante, se desconocía de los alcances.

En el mes de  febrero de 1989 se llevó a cabo una reunión en el Centro Comunal del barrio Quebrada de Camuy. El propósito era brindar información sobre los aspectos laborales y la Unión. Se hizo una invitación general a todo aquel o aquella que quisiera información sobre el proceso. No era un secreto. Hubo una asistencia de más de 20 personas. Entre los presentes estaban Héctor Cruz, Eddie Vélez, Wilma Cardona, Vionette González, Roberto Legarreta, Deudi Narvaez y  Federico Torres Montalvo. Todo lo hablado fue información básica de qué es una unión, sus beneficios y responsabilidades. Nada más. 

Semanas más tarde fue repartido un boletín que presentaba algunos datos de la reunión de febrero del 1989. Entre los datos estaba que la Administración de Terrenos había ocultado a los empleados de las Cavernas el proceso sindical que se llevaba en la Oficina Central y lo concurrida que fue esa reunión. En el mismo boletín aparecía otra información sobre algunos empleados administrativos de la Oficina Central. Entre ellas la esposa del Lcdo. José Martínez Oquendo. Para el licenciado fue un improperio lo que se decía y acusó a los asistentes a la reunión como los artífices de la información falsa sobre su esposa. De hecho, la acusación fue a tal grado, que rompió relaciones con muchos de los compañeros de las Cavernas.

Constatamos y certificamos que en aquella reunión nunca se dialogó sobre ningún empleado administrativo y sólo se presentó la información mencionada previamente. Este boletín sería la base de futuras controversias laborales y de abrir los ojos a muchos empleados de las Cavernas sobre lo que sería el proceso laboral en la Administración de Terrenos.

Los días siguientes a ese hecho fueron matizados a favor y en contra de la unión por parte de los empleados de las Cavernas. Discusiones y debates fueron la orden del día. Mientras eso ocurría, el administrador de las Cavernas, Sr. Ramón Rivera, continuaba el proceso cotidiano a su posición. En una ocasión citó en su oficina a varios empleados a saber: Juan Cruz Rubio, Nilda Calcerrada y otro. Rivera indicó que el propósito de la reunión era mantener los canales abiertos entre los diversos sectores de empleados y la administración. Sin embargo, sólo citó a ese grupo pequeño y no había representación de las otras áreas de trabajo. En la plática, porque insistió que sólo eso era, mantuvo una postura de no tratar el tema de la unión. No obstante, Juan y Nilda indicaron que estaban en contra de la unión y que no se afectaría la tranquilidad que se respiraba en  las Cavernas.

De hecho, se sospechó que Rivera González estaba identificando quiénes estaban respaldando el movimiento sindical. Una de esas ocasiones fue en el Bohío de Información en el área de recepción donde varios empleados bromearon de quienes respaldaban el movimiento. Los detractores al movimiento eran quienes más traían la conversación. Debo hacer claro que en las Cavernas el respaldo estaba como en secreto. Resulta interesante mencionar, de acuerdo al punteo previo, que menos de 25 personas respaldaban el movimiento sindical. De hecho, esto se confirmó el día de las elecciones sindicales.   

Los meses pasaron muy rápido. En el caso de las Cavernas los meses de mayor presencia de visitantes, ha sido y es, en los meses de abril hasta julio. Esto no quitaba los debates a favor y en contra. Entre los más férreos en contra del a unión estaban Herbert Arroyo y José Luis “Cano” Martínez. Entre sus defensores los mencionados previamente y se les unía Nelson Torres, guía turístico, y José Ramos, operador de acceso. Al parecer la Administración de Terrenos y sus representantes hicieron lo posible porque el tema estuviera fuera de la discusión interna.

Ya para ese momento llegó como supervisor de operaciones el Sr. Rafael González. Oriundo del municipio de Lares, poseía preparación académica en administración. No obstante, comentaban que sus destrezas sociales y relaciones humanas no eran las más propicias. Supimos que muchos empelados no estaban de acuerdo con el nombramiento. Se entendía que las personas a trabajar en las Cavernas fueran los propios internos y se observaba a González como un agente externo. Sólo un empleado estaba muy a favor: Michael. Resulta interesante que con la llegada de González el malestar en las relaciones humanas, administrativas y sociales empeoró. Si la Administración buscaba que se arreglaran los asuntos laborales no sucedió y fue lo contrario.

Ante todo esto la campaña a favor de la unión era más intensa. La presencia de empleados de la Oficina Central y de líderes sindicales era muy frecuente y activa. Pero el respaldo no avanzaba. Prácticamente las mismas personas que estuvieron desde el mes de enero a favor de la sindical se mantuvo intacto.

La Junta de Relaciones del Trabajo había certificado que la Administración de Terrenos era patrono. Este es el primer paso dentro del proceso laboral que hay que determinar. Luego de apelar y llevar el caso a los diferentes foros, la Administración de Terrenos tenía que enfrentar la realidad de su definición como “patrono” por el organismo gubernamental. La Junta decidió el 8 de septiembre de 1989 que tenía que llevarse una elección sindical y la programó para el 10 de noviembre de 1989[iii].

La segunda hoja de promoción estaba bajo el título Por ti y los tuyos[iv]. Se hacía la observación de que un voto a favor de la unión representaría problemas para los empleados y sus familiares. Al analizar el documento se observa que fue escrito con el objetivo de que pasara a ser uno hecho por un empleado de las Cavernas. En ese preciso momento tuvo efecto. Fueron muchos los empleados que consignaron que votarían en contra de la unión.

También se repartió ese día otra hoja bajo el título Preguntas y Respuestas[v]. El documento se compone de unas nueve preguntas, una serie de oraciones reflexivas y un mensaje contra la unión al final. Los simpatizantes con la unión fueron pregunta por pregunta y aseveración por aseveración rechazando cada uno de los aspectos que  consideraban mentiras y falsedades.    

El día de las elecciones no fue algo cotidiano. El proceso de votación se llevó a cabo en un colegio fuera del área de recepción de público en el nuevo Edificio de Multiusos. Se hicieron turnos para que los empleados fueran a votar. Cada vez que iban grupos de empleados a votar, por lo menos en aquellos que atendían al público, un silencio rotundo. Sólo aquellos que estaban en contra de la unión vociferaban. Era como si se conociera los resultados desde la mañana.

Como observador de la posición en contra de la unión estaba José Luis “Cano” Martínez. Representante de la parte a favor de la unión era Héctor Cruz. Ambos poseían experiencia en los procesos electorales políticos y brindaban confianza a empleados-electores.

Los visitantes no se percataron y la mañana transcurrió normal. Sí era de observar que, cada vez que regresaba un grupo de empleados que habían ejercido el voto, los favorecedores de la Unión se mostraban muy serios. Un grupo de empleados a favor de la unión se encontraban almorzando en el área de la cafetería como Vionette, Robert Legarreta y Eddie. Se mantenían en un conteo de cuántos votos eran necesarios para que ganara su posición. Habían establecido que si 30 empleados votaban a favor se unirían a los votos de la Oficina Central en  San Juan obteniendo la victoria. Según el sondeo, realizado por observadores externos, a lo sumo 20 empleados estarían apoyando la unión en las Cavernas. Las pocas esperanzas que tenían los compañeros al parecer se las tronchaba.

Así llegó la tarde  y el final del proceso electoral. Ahora había que llevar los votos y un representante de ambas posiciones acompañar hasta la Junta de Relaciones del Trabajo. Héctor Cruz y Jorge Cuevas, como observadores a favor de la unión, y José Luis Martínez y Angel Oliver, observadores en contra de la unión, acompañaron la comisión hasta San Juan. Allá les esperaban los compañeros Deudi Narvaez y Sonia Ortiz, como observadores a favor de la unión, y Angel, observador en contra de la unión[vi]. Ahora restaba contar los votos.        

Los tan afanosos y esperados votos fueron los siguientes: Número de Votantes Elegibles 151, Votos Válidos Contados 145, Votos a Favor de la Unión Independiente de Empleados de la Administración de Terrenos 61, Votos en Contra 82, Votos Recusados 3 y Votos en Blanco 2[vii]. La oposición fue de 21 votos. El sondeo de observadores no estaba muy lejos de la realidad. 

Las noticias no fueron las esperadas por simpatizantes a favor en las Cavernas. Cada cual se retiró a sus casas, no sin antes comenzar a indicar las posibles razones para la derrota. Una de ellas lo que entendían fue una intromisión completa por parte de la administración del Parque y del director Ejecutivo en el proceso del libre ejercicio al voto. Otros comentaban las hojas sueltas del día anterior. 

Al otro día los empelados de las Cavernas tenían trabajo. El Parque atendía al público en una jornada de  miércoles a domingo. En la Oficina Central no se verían hasta el lunes. Así que las primeras interrogantes se fueron gestando en las Cavernas. No tardó mucho que los compañeros de la Oficina Central hicieran un viaje hasta las Cavernas para conocer de primera mano qué había ocurrido. También se incorporó al proceso de evaluación de los eventos, el líder sindical Federico Torres Montalvo.

No pasó mucho tiempo para comenzar la logística para impugnar el proceso electoral. La peticionaria llevó un caso ante la Junta de Relaciones del Trabajo por práctica ilícita de intervención directa del patrono. Para ello era necesario que hubiesen empelados que testificaran algunos eventos observados en el proceso como la entrega de las hojas sueltas el día antes de la elección. Este proceso fue uno muy lento y no todos los empleados cooperarían. No obstante, comenzó una serie de ataques contra las personas que el Patrono sospechaba respaldaron la Unión.

Algunos empleados no comprendían por qué no se pagaba conforme al tiempo y medio los días feriados. Esta diferencia produjo la intervención del señor Luis Ortiz Sánchez, Director de Administración de la AT. Ortiz envió una comunicación donde, partiendo del ordenamiento laboral vigente, los pagos que se hacían estaban conforme al derecho[viii]. Para muchos de los empleados esto no estaba a tono con la excepcionalidad del trabajo. Esto quedaba demostrado por las continuas manifestaciones del público que visitaba las Cavernas.

Este primer malestar fue la gota para otras situaciones y desencadenó en descontento laboral. Los eventos futuros llevaron a los empelados de las Cavernas a cuestionarse y evaluar lo que decían los empleados de la Oficina Central.  Estas  situaciones y el proceso de impugnación de la Unión contribuyeron a su reorganización.



[i] Junta de Relaciones del Trabajo (JRT), Decisión y Orden de Elecciones, D-89-1143, 7 de septiembre de 1989.
[ii] Raúl Touzon  Aguilera, “Felicita al gobierno”,  Sección de Cartas, El Nuevo Día, 14 de febrero de 1987
[iii] Op cit, JRT, 7 de septiembre de 1989.
[iv] Poseemos copia exacta del documento gracias a archivo personal.
[v] Ibid.
[vi] Junta de Relaciones del Trabajo, Cotejo de votos, Caso P88-8, 10 de noviembre de 1989.
[vii] Ibid.
[viii] Luis Ortiz Sánchez, “Memorando: Todos los empleados del Parque de las Cavernas del Rio Camuy”, 2 de marzo del 1990.