Saturday, July 25, 2020

La paradoja de la supervisión

Escrito del profesor Nelson Arnaldo Vera Hernández en el rotativo El Nuevo Día del sábado 25 de julio de 2020 disponible en su versión original en el enlace https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/la-paradoja-de-la-supervision/

El trabajo remoto en Puerto Rico trajo una consecuencia colateral: la supervisión a distancia. Una persona muy cercana siempre nos ha dicho que el problema mayor en la fuerza laboral en Puerto Rico está en la falta de supervisión. Este argumento es muy válido cuando existen personas comprometidas con su trabajo. El problema reside en que quien incumple, en muchos casos, es quien supervisa. Según aprendimos en nuestros años universitarios, el compromiso y vocación en una tarea representan el mejor supervisor. Partiendo de lo mencionado, nos preguntamos cómo se supervisa a distancia si no se hacía en lo presencial.
Por el tipo de labor de algunas empresas, la supervisión remota es algo normal. Esto porque el trabajo es cuantificable a distancia y el avalúo es parte esencial de su forma de trabajar. No obstante, otras empresas (públicas y privadas) poseen labores cualitativas donde la supervisión se mide por los efectos de la acción. De hecho, en muchos casos la inmediatez de resultados es nula, pero el tiempo muestra la cosecha de éxitos.
Otro factor en el análisis es lo relacionado a supervisores sin supervisados. No es un juego de palabras ni redundancia. Existen personas que dirigen áreas de trabajo sin contar con el reconocimiento de sus subordinados. Por lo tanto, decir que se es “el supervisor” en un área de trabajo sin contar con empleados, es decir qué. Repetir las instrucciones o comunicaciones de la empresa es ser solo un enlace utilizado que se descartará luego por ser innecesario.
En los lugares que hemos laborado a través del tiempo se observaron verdaderos supervisores. Personas cuyo liderato fue reconocido por sus supervisados y se debe al tipo de supervisión ejecutada. Recordamos una institución donde sus supervisores “se ganaban” el respaldo de sus supervisados porque se desarrolló un espíritu de grupo que nadie podía causarle daño. Este tipo de liderato es uno participativo. Su equipo de trabajo permite la acción y bienestar colectivo, no el personal. Son supervisores que brillan por los resaltos y destellos grupales.
Son innovadores y creativos por lo ejecutado por el grupo. Escuchan y se dejan asesorar por el equipo de trabajo. Rechazan las intervenciones externas que poseen personalismos o agendas inconclusas. Son aceptados por el conjunto de labores porque reconocen de verdad las habilidades, destrezas, conocimiento y experiencia del grupo.
De hecho, una de las características que más reconoce el pueblo trabajador a las empresas exitosas es el reconocimiento verdadero de sus supervisores. Indican que, similar al sentimiento del amor, la supervisión no se obliga o se suplica: se gana. Con ello la supervisión remota es mucho más realista y efectiva.
Hay quienes piensan que en Puerto Rico se necesitan de más compañeros supervisores. Esto motivará los cambios necesarios por el bien del equipo. Lo contrario significará supervisar sin supervisados, siendo una paradoja. Bien lo dijo Aristóteles que “unos nacen para mandar y otros para ser mandados”. Porque líder es quien reconoce el liderato de otros.

Friday, July 17, 2020

Introducción a la Sociología: Una perspectiva para la Vida


Presentamos nuestra más reciente publicación (2020) bajo el título Introducción a la Sociología: Una perspectiva para la Vida, bajo la editorial Publicaciones Puertorriqueñas. 






Este escrito introduce al estudiantado o público en general, sobre qué estudia la sociología, cómo fue su desarrollo histórico, las personas que contribuyeron a ese desarrollo, conocer el marco de estudio metodológico básico, identificar las teorías clásicas y conocer algunos de los conceptos analizados en esta ciencia.

El libro cuenta con la aportación de jóvenes de la Generación Z (Centennial) donde presentan sus posiciones ante diferentes situaciones y problemas de la sociedad puertorriqueña.  

Los datos de la publicación son:
Título:             Introducción a la sociología
Autor:             Nelson Vera Hernández
Páginas:          262
Año:                2020
ISBN:              9781625373410
Disponible:     Impreso y Digital (ebook)

Para adquirirle pueden comunicarse con Publicaciones Puertorriqueñas al 787-759-9673 de lunes a viernes en el horario de 9:00 am hasta las 6:00 pm.  

Monday, July 13, 2020

La vocación de ayudar en tiempo de pandemia

Escrito en el rotativo El Nuevo Día digital, el domingo 12 de julio de 2020, disponible en el enlace https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/la-vocacion-de-ayudar-en-tiempo-de-pandemia/

Durante el proceso del toque de queda ordenado por el gobierno y el cierre de operaciones de muchas empresas, la cantidad de personas que quedaron desempleadas fue escalando. Puerto Rico se sumó a la situación que experimentaban otros países. Desde el 16 de marzo del 2020, principalmente la fuerza laboral privada fue mermando ante el cierre o despidos por parte de sus patronos. Hubo casos comprensibles. Otros no.
En el sector gubernamental la situación fue parecida. La mayor parte de las agencias o corporaciones públicas decretaron recesos laborales hasta que se pudiera atender la situación de la pandemia a través del aislamiento social. No obstante, la fuerza laboral pública siguió cobrando sus sueldos.
Fue en el Departamento del Trabajo que este paro tuvo un impacto histórico de solicitudes de desempleo. En este medio hubo expresiones a favor y en contra de las actividades desarrolladas por esta agencia. Entre las posiciones a favor estaban las relacionadas a la acumulación de casos y falta de personal para atender las decenas de miles de peticiones. En contra estaban quienes indicaban que la preparación para el cierre estuvo fuera de la ecuación, algo que la experiencia internacional reflejaba como asunto urgente.
La inconsistencia e improvisación fueron los protagonistas. Los servicios en vehículos se consideraron un momento dado. Esto condujo a largas filas y poco contacto empático con los reclamantes de un beneficio garantizado legalmente. Hubo personas que consideraron la medida puro fin mediático. La razón principal era que las oficinas regionales estaban cerradas y los “servi-carros” operarían algunos días. Mientras crecían recriminaciones sobre los “puntos controvertibles” o reparos señalados por la agencia en segmentos de las reclamaciones.
También se hicieron virales los errores en el envío de las comunicaciones escritas. Desde “la misma” hasta “sin apellido” fueron la orden del día. Rápidamente se hizo el señalamiento a los recursos externos al Departamento. No obstante, se evidenció que el calzado puede quedar muy grande o demasiado pequeño, no justo para ciertos pies.
Esto nos hizo recordar que eso llamado “trabajo” puede ser por deseo, necesidad o vocación. Socialmente es observable personas que indican que “necesitan de un trabajo”. El concepto necesidad trae la connotación de urgencia. Significa que es tener el trabajo porque hay que tenerlo. Aquello de “te ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Las preguntas que llegan son: ¿tiene el o la solicitante las crendenciales, conocimiento técnico o habilidades para ejecutar la función requerida? Más aún, ¿posee el conocimiento crítico adicional para poder ejercer?
También es observable las personas que desean el trabajo. Los deseos son aspiraciones. En la mayor parte de las veces se carece de los atributos mencionados. Se observa mucho cuando las personas alardean que tienen este o cual trabajo. Incluso cuando constantemente idealizan sobre ese trabajo, aunque fuera por un limitado periodo de tiempo. Pero a la hora de ejecutar, estas características básicas están fuera del ejercicio que realizan.
Por último, están quienes quieren el trabajo. Son muy pocos quienes idealizan o les urge tener ese trabajo. Lo realizan porque forma parte de la socialización aprendida en el modo de vida. A veces carecen de algún elemento de los mencionados. No obstante, la empatía y superación les brinda de una coraza digna que les permite ejecutar la función con poco esfuerzo. Incluso el aprendizaje informal lleva a estar atento a no tropezar con la misma piedra. Como diría mi abuelo: “dar la milla extra” sin considerar horarios, días o tiempo. Lo importante es ofrecer el servicio.
Son aquellos que poseen pocas quejas en su trabajo. El silencio se convierte en su mayor compañero de labores. Lo técnico lo resuelven rápido por poseer la convicción que es parte de su ejecutoria. Son autodidactas sin esperar que el patrono les dé un adiestramiento o les pague por un seminario o congreso. En muchas ocasiones utilizan del salario, vacaciones o espacios propios para prepararse mejor.
En la pandemia los observamos. El maestro de escuela que llevó a sus estudiantes suministros, asignaciones impresas y un aplauso por completar el curso. La líder comunitaria que no esperó porque el gobierno brindara suministros para llevar ayuda a ancianos solos en sus casas. La doctora que continuó ejerciendo sin recibir paga por horas extras. Las personas que prepararon comidas calientes, fundas con materiales desinfectantes o que visitaron a los más necesitados. Esos y esas que harían exactamente lo mismo que hacen hoy, si volvieran a nacer. En fin, personas cuyo trabajo es su vocación.
En Puerto Rico y otras partes en el mundo se observan las tres categorías mencionadas. Unas menos que otras. Somos de los que piensa que en esta isla son más los que poseen vocación. Para muestra con un botón basta.