Friday, February 21, 2014

Respeto, Justicia y Dignidad


Con mucho placer les presento nuestra nueva publicación bajo el título Respeto, Justicia y Dignidad: Historia Laboral del Parque de las Cavernas del Río Camuy bajo la Editorial Isla Negra. Estará disponible en las próximas semanas. Esperamos sea del agrado del lector y lectora.  




Saturday, February 15, 2014

Miremos el presente universitario


Por el Dr. Jorge L Giovannetti, Catedrático en Sociología Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, publicado en el periódico El Nuevo Día, el sábado 15 de febrero de 2014, pagina 55 y a través del enlace electrónico siguiente:   

Los últimos años de contención en la UPR y sobre ella, se han caracterizado por alocuciones prospectivas acerca de lo que la institución debe ser y qué universidad debemos construir. Los títulos de algunas de las intervenciones públicas sugieren un futuro añorado: “Por una universidad así” o “Por una universidad asá”. Sin negar los problemas existentes en la UPR y reconociendo que es positivo aspirar a mejorar, hay que señalar que estos diagnósticos del futuro tienden a ignorar logros y éxitos universitarios del presente.

Puede ser que la UPR necesite una mejor proyección. Pero también parece que el país, los medios, e inclusive algunos docentes, no procuran conocer qué se está haciendo en su universidad. No hace mucho tiempo se comentó en las ondas radiales que en la Facultad de Ciencias Sociales se investigaban “temas extraños”.

Pero este señalamiento le resultará precisamente “extraño” a cualquiera que acceda el portal electrónico de Ciencias Sociales o acceda a los informes presentados en las reuniones de la Facultad.

Una mirada rápida a los informes recientes de Ciencias Sociales ilustra no sólo la responsabilidad social de nuestra institución, sino también el impacto local e internacional en múltiples áreas de relevancia.

Por ejemplo, la Escuela Graduada de Trabajo Social coordinó el Tercer Encuentro de Investigación y Acción Comunitaria con el tema “Propuestas económicas para Puerto Rico”. Una profesora de esta escuela graduada, Norma Rodríguez, participó en una mesa redonda sobre la pobreza en el país. Mientras Dolores Miranda, del Departamento de Psicología, ha coordinado talleres sociales comunitarios, y Rubén Estremera, del Departamento de Trabajo Social. participó del proyecto Ciudadanos Científicos Comunitarios.

El año pasado, la Escuela Graduada de Consejería y Rehabilitación fue acreditada hasta el año 2021, algo que no se logra fortuitamente. La discusión pública del país se nutre constantemente de intervenciones de docentes de la Ciencias Sociales como Jaime del Valle, Juan Lara, César Rey y Palmira Ríos, y se puede destacar la investigación del mal uso de recursos gubernamentales hechas por Alicia Rodríguez, Eileen Segarra, María Enchauteguí y los profesores de Ciencia Política, Héctor Martínez y Javier Colón.

A esto se añade el impacto de Ciencias Sociales mediante las investigaciones sobre salud mental y HIV/sida en el Instituto de Investigaciones Psicológicas, proyectos del Centro de Investigaciones Sociales y del Instituto de Estudios del Caribe, e intercambios estudiantiles como el que coordinó recientemente el geógrafo Carlos Guilbe con la Universidad de Binghamton.

Uno podría entender que personas externas a la UPR no conozcan estos logros. Sin embargo, considerando los deberes reglamentarios de todo docente de la UPR, lo que resulta “extraño” es que quienes pertenecen a Ciencias Sociales no los conozcan. El Reglamento General de la Universidad de Puerto Rico incluye el deber de “asistir a las reuniones del personal docente” (sección 63.1.2), que es precisamente donde se informan estos logros.

Al mismo tiempo, el reglamento nos convoca a “laborar para el desarrollo efectivo” de la institución (sección 63.1.1).

Podríamos argumentar que si se cumple el primero de estos deberes, se evitaría la desinformación que provoca que fallemos en el segundo deber mediante señalamientos infundados que operan precisamente en contra del desarrollo efectivo de la UPR.

La UPR se encuentra actualmente en un proceso prospectivo para reformar la Ley Universitaria. Aquí también sería válido observar el presente antes de mirar el futuro, y preguntarnos: ¿para qué enmendar la Ley de la UPR, si no se cumple el reglamento en el presente? ¿Debemos realmente reformar la Ley Universitaria o acaso debemos reformar primero las actitudes de algunos habitantes de la institución?

Sunday, February 2, 2014

Por una UPR socialmente responsable


por Dr. Jorge Benítez Nazario, Catedrático en Trabajo Social, Universidad de Puerto Rico, publicado en el periódico El Nuevo Día, jueves 30 de enero de 2014, pág. 71.
 
La designación del nuevo presidente de la Universidad de Puerto Rico en las postrimerías del 2013 ha regenerado el entusiasmo en torno a la posibilidad de recuperar un sistema de educación superior que provea al país con la inteligencia que se requiere para superar la crisis actual. El proyecto del joven presidente está anclado en la reconstrucción de la comunidad universitaria desde la calidad en la educación y la pertinencia social de la investigación. Él nos hace recordar la visión de otros jóvenes líderes universitarios de antaño, como Jaime Benítez y Abraham Díaz González, que sirvieron de norte intelectual para el desarrollo económico y político de Puerto Rico.
El valor añadido del proyecto esbozado por el doctor Urayoán Walker Ramos está enmarcado en la consideración ineludible de la responsabilidad social de la UPR, tanto con respecto a la comunidad universitaria, como con relación a la sociedad que la rodea.
En cuanto a la comunidad universitaria interna, debemos centrarnos en reconocer que existe un contrato con todos los estudiantes que son admitidos, para brindarles la oferta académica y las experiencias investigativas que requiere una educación de calidad en cualquier disciplina. La restricción de las mismas, además de desincentivar a nuestra juventud para estudiar en la UPR, tiene el efecto cascada de eliminar plazas, lo que, a su vez, ha socavado la productividad de un claustro sobrecargado y debilita un sistema de retiro otrora saludable.
Por otro lado, la recuperación de los 15,000 estudiantes que hemos perdido en los últimos años, deberá contribuir significativamente con la salud fiscal de la institución. Ello, por no hablar de aprovechar nuestra planta física para desarrollar una verdadera universidad nocturna.
Existe una comunidad universitaria externa, compuesta por ex alumnos en todas las áreas del saber y por puertorriqueños en posiciones clave en el mundo de la educación superior estadounidense, ávidos de aportar con sus ideas y ser parte de la reconstitución universitaria. Éstos deben ser incorporados a manera de un “think tank”, como asesores de la gestión universitaria. La responsabilidad social de la UPR consiste en permitirles aportar.
En cuanto a las comunidades que rodean nuestros recintos, tiene que existir una relación de impacto desde la UPR. No puede ser que el casco de Mayagüez continúe en franco deterioro, siendo vecino de la facultad de Ingeniería más prestigiosa del Caribe. No puede ser que Santa Rita y Capetillo carezcan de facilidades recreativas mientras las canchas y pistas del Recinto de Río Piedras se deterioran por desuso y el comercio del pueblo se desploma, pese a ser vecinos de una facultad de Administración de Empresas con programas graduados de excelencia. No puede ser que Arecibo se vaya a la quiebra teniendo un recinto con un programa graduado de calidad en Gerencia.
¿Por qué el Recinto de Ciencias Médicas no asume un rol fundamental en la reforma de salud o por qué los departamentos de Economía de Río Piedras y Mayagüez no son protagonistas en la atención gubernamental de la crisis económica y fiscal de Puerto Rico? ¿Por qué los programas de Trabajo Social y Consejería en Humacao y Río Piedras no inciden sobre la crisis social puertorriqueña? ¿Por qué el Recinto de Carolina no lidera el desarrollo turístico del país? ¿Por qué Utuado y Aguadilla no generan un plan para atender la tan maltrecha agricultura y pesca boricua? ¿Por qué no son el Recinto de Cayey y la Facultad de Humanidades de Río Piedras las que recompongan el fomento de la cultura en la Isla? ¿Por qué no es la UPR la que asuma la responsabilidad de proponer un plan inteligente y sin politiquerías de energía alternativa para el país? Siendo socialmente responsable, la UPR se hace pertinente a sí misma y al país.