Publicado en el rotativo El Nuevo Día el jueves 19 de agosto de 2021 disponible en su versión digital https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/la-indignacion-politica-fugaz-en-puerto-rico/
Indignación es un concepto que implica molestia,
malestar, rebeldía y hasta coraje. Al llevar el apellido político se le añade
la connotación hacia cómo se ejecuta el poder hacia el pueblo. Momentáneo
significa que es por escaso periodo de tiempo. Aclaramos que no es una clase de
definiciones. Por el contrario, al unir los tres conceptos el significado es
mucho más visible y en especial en Puerto Rico.
Hace varios años, constantemente en los medios del
país observamos la presencia de situaciones que indignan al pueblo. Se aprecia
una indignación colectiva hacia diversos eventos informados.
Las imágenes de vídeos y fotos muestran hechos que amplían la molestia. Al
escuchar o leer los datos provistos y confirmados por los medios periodísticos,
continua en ascenso el malestar. Pero observamos que en Puerto Rico
este proceso es fugaz. Es como una flama que termina con una simple brisa y
deja de existir.
Un ejemplo de ello son los casos relacionados a la
criminalidad. Observamos cómo nos aturde situaciones de robos, escalamientos,
asesinatos, crímenes de odio y secuestros, entre otros. En cada entrevista a
los ciudadanos se percibe indignación colectiva y se escucha el mismo llamado
de que hay que mejorar la presencia de los organismos a velar por la ley y el
orden. De inmediato, se organizan operativos para reforzar la vigilancia y
aumentar los recursos a un área en específico, lo que en cualquier otro país
del mundo es obvio y parte cotidiana de la labor.
Las protestas de los ciudadanos son frecuentes, pero la solución de problemas complejos persiste. Los políticos parecen apostar a que cada conflicto que genera indignación colectiva se olvide a corto plazo. (juan.martinez@gfrmedia.com)
La cantidad de casos relacionados a las agencias
gubernamentales es otro ejemplo. No importa la agencia gubernamental,
la cantidad de quejas semanales son inconmensurables. Desde el trato
directo al público, los espacios y tiempos de espera, las instalaciones físicas
del lugar y las veces que tienen que repetir el proceso porque al final no se
resuelve lo que es pertinente y para lo que está esa agencia.
Como último ejemplo vemos la situación con el regreso
a clases. Es increíble que todos los años la falta de mantenimiento de las
aulas escolares, contratación de personal (magisterio, trabajo social, orientadores,
guardias de seguridad, recursos físicos) y materiales se ha convertido en
costumbre. A veces pensamos que es como si la experiencia sirviera de
poco. Los medios de prensa muestran constantemente ejemplos directos.
Aclaramos que esta situación se extiende a la empresa
privada. Varios son los ejemplos. Se solicita un servicio y pasan los días y
semanas sin que se atienda. Lo vemos con la compra de un automóvil. La venta
del vehículo goza de inmediatez, velocidad y atención. Subjetivos invisibles al
momento de atender las garantías. Sin embargo, la indignación llega, pero se va
por arte de magia.
Representan elementos que, expresado por las mismas
personas que solicitan el servicio, en otros países se resuelve con una sola
llamada. El malestar se convierte en una fuga de combustible que se extiende
por toda la Isla. Pero, ¿qué ocurre en menos de una semana? Como
explotó la situación, de la misma forma se extingue. Viene alguien con
habilidades del sofismo (o de cantinflada) habla con la persona y le indica que
se estarán tomando las medidas para subsanar la situación. Sin embargo, ¿por
qué esperar a que ocurran las situaciones para cosas que están a la vista común
y se han ido señalando frecuentemente?
Entonces se indigna el pueblo porque no se hizo lo que
se supone se haga. No hay que penetrar en estudiar los casos anualmente para
percatarse que es lo cotidiano del pueblo, pero a manera general es invisible.
Entonces, semanas posteriores, vuelve a ocurrir la misma situación en otro
espacio, pero al final se acostumbra la gente a ello y se detienen las
exigencias e indignación hacia la clase política boricua o empresa. En
lo gubernamental, el próximo proceso electoral se vuelve a caer en las garras
de las promesas. Es como una regla política no escrita: dale un par de semanas
y se olvida. En lo privado, la magia de las palabras cambia las percepciones.
Nos
parece que la memoria colectiva e histórica en Puerto Rico es pésima. En
cualquier otro país o estado, el recuerdo prevalece y se buscan las medidas para
cambiar lo que afuncional. Ocurre en menos de cuatro años o en cincuenta años.
No dura para siempre, porque la indignación política en esos lugares es
consecuente, no momentánea.
Comentarios
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Mejor
- Carlos
Hace 1 hora
Muy buen artículo periodístico.
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- NOSENADA
Hace 9 horas
Lo de los
indolentes indígenas en taparrabos puertorriqueños es mendigar y luego de que
los americanos abran la cartera y lluevan dólares sobre Puerto Rico a los
indolentes indígenas en taparrabos puertorriqueños nada más les importa.
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1
o
pagan maria
Hace 1 hora
Respuesta a NOSENADA
Nosenada por lo que escribes de seguro tienes un tapa rabo en tu
cerebro....y al autor del artículo le recuerdo que las personas en Puerto Rico
no nos olvidamos. Al contrario, aquí hay luchar por todo. Acumulamos
indignación y sacamos la marina más poderosa del mundo, votamos gobernadores
imberbes, paralizados piscinas ilegales etc. No nos olvidamos, Acumulamos
indignación y actuamos para transformar lo que nos oprime...sino lo cree, mire
como hemos hecho presión sobre la infame luma, nos han tenido que responder si
o si. Seguimos luchando por lo que en justicia nos corresponde como pueblo,
respeto!!!
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1
o Hanky
Hace 7 horas
Respuesta a NOSENADA
Asumo que tu incluido. Si pones SI te doy un LIKE.
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