Thursday, February 28, 2019

Menor la pobreza en los municipios donde existen recintos de la UPR

Diálogo. 28 de febrero de 2019 en el enlace digital https://dialogoupr.com/menor-la-pobreza-en-los-municipios-donde-existen-recintos-de-la-upr/



Un informe del Centro de Información Censal reveló que 10 de los 15 municipios con la actividad económica más alta tienen recintos de la Universidad de Puerto Rico.



Una información censal reciente reveló que los municipios donde existe un recinto de la Universidad de Puerto Rico o están próximos a estos, la pobreza es menor que aquellos donde no existe presencia de la principal institución universitaria del país.

“Todos los municipios con las tasas de pobreza más altas no tienen un recinto de la Universidad de Puerto Rico. Por el contrario, notamos que los municipios donde hay un recinto de la UPR la pobreza es en general menor “, asegura el informe emitido por el Centro de Información Censal (CIC) de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, que dirige el economista José Caraballo Cueto.

El estudio revela que 10 de los 15 municipios con la actividad económica más alta tienen recintos de la Universidad de Puerto Rico. 



Las tasas de pobrezas de los municipios de Puerto Rico estuvieron entre 27% y 64% durante el periodo 2011 a 2015, según el informe divulgado hoy.

Los municipios con las tasas más bajas de pobreza fueron: Guaynabo -próximo a Bayamón y San Juan, donde hay tres recintos de la UPR- al (27%), Carolina-donde ubica la UPR en Carolina- (30%) y Trujillo Alto (30%), próximo a los recintos de Carolina, Río Piedras y Ciencias Médicas.

Mientras, que las tasas más altas correspondieron a los municipios de Maricao (64%), Adjuntas (62%) y Barranquitas (61%). 


Resulta aún más revelador que hubo municipios con baja actividad económica aún teniendo en sus zonas recintos universitarios privados.

Se indicó que entre los 63 municipios que tienen baja actividad económica (con menos del 1% del PNB de Puerto Rico), también hay recintos universitarios.

Esos recintos universitarios ubicados en municipios con baja actividad económica son en su mayoría de universidades privadas con 1,000 estudiantes o más, como es el caso de San Germán, Gurabo, Fajardo, Yabucoa, Guayama y Barranquitas.

De los recintos de la UPR solo uno está ubicado en un municipio con una producción económica baja (Utuado).

Se informó además que solo 19 de los 78 municipios de la Isla alcanzaron tasas más bajas que la de Puerto Rico (46%). Luquillo y Manatí obtuvieron la misma tasa de pobreza que Puerto Rico, según el informe.

“Al observar la distribución del Producto Nacional Bruto de los municipios de Puerto Rico, notamos que la mayoría de los municipios tienen poca actividad económica y hay una sobre concentración en el área metropolitana”, resalta el informe.

“La ausencia de políticas económicas que estimulen la actividad económica fuera del área metropolitana ha provocado que cuatro municipios produzcan cerca del 40% de lo que produce todo el País en bienes y servicios”, señala.

Una de las pocas estrategias de envergadura para distribuir la política fiscal fuera del área metropolitana puede estar canalizada a través de los recintos de la Universidad de Puerto Rico. Esto puede explicar la correlación que hay entre recintos de la UPR y la actividad económica municipal, sostienen.

Para conocer la definición de las variables utilizadas, puede acceder al siguiente enlace: https://factfinder.census.gov/help/en/index.htm – glossary.htm


Para conocer otras estadísticas de Puerto Rico, visite los siguientes enlaces o lugares:

·        Bancos del Censo en el American FactFinder en: https://factfinder.census.gov/faces/nav/jsf/pages/index.xhtml


·        Centro de Información Censal (CIC) del Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias (III), donde se le ofrecerá apoyo en investigaciones, consultoría y entrenamiento en el uso de los datos del Censo.

Sunday, February 10, 2019

La diplomacia colonial

Columna del periodista Benjamín Torrres Gotay del domingo 10 de febrero de 2019 en el rotativo El Nuevo Día, disponible en su versión digital origina siguiente https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/ladiplomaciacolonial-columna-2475845/


Puerto Rico tiene una larga y frondosa historia recogiendo y enviando ayuda humanitaria a donde haga falta. Tanto lo hemos hecho, que se puede considerar que desarrollamos lo que en toda regla puede llamarse un “expertise”. Surge la necesidad y reaccionamos por instinto: en pocos días abrimos el centro de acopio, la gente se desborda dando, lo empacamos, tomamos la foto que no puede faltar, coordinamos que alguien lo reciba a donde va y ya, hasta la próxima.

Vivimos tiempos tan fragorosos que ya ni eso podemos dar por sentado. Quien quizás nos puede explicar por qué es Luis Rivera Marín, secretario de Estado, llamado por algunos, no siempre con ironía, “el canciller”.

A Rivera Marín el gobernador Ricardo Rosselló lo puso a cargo del recogido de ayuda que es parte de la campaña internacional para ponerle presión a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, no reconocido por buena parte del continente y de Europa, que le considera ilegítimo. Quizás no fue una buena idea. Veamos.

Otros países también recogieron su ayuda, la pusieron en barcos y la enviaron a Cúcuta, la ciudad colombiana en la frontera con Venezuela. Allí hay hoy decenas de camiones con ayuda esperando que se coordine su entrada a Venezuela, cuya crisis es de tal magnitud que hay dos personas reclamando ser presidente, Maduro y el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.

El gobierno de Maduro bloqueó el puente que une los dos países y la ayuda no puede llevarse.

Algunos de los países que enviaron ayuda tienen cómo intentar hacer entrar esa ayuda a Venezuela en contra de la voluntad de Maduro, si quisieran y no temieran, con razón, que tal acción pudiera desatar un conflicto bélico. Tienen, por ejemplo, fuerza aérea que podría sobrevolar el espacio aéreo venezolano, cuidándose de las defensas antiaéreas y tirar cajas con alimentos y medicinas. Eso si el punto fuera provocar una guerra, que en este momento todavía no lo es. El punto en este momento es tener la ayuda en la frontera y demostrar que Maduro no permite que su pueblo la reciba.

Esas sutilezas no se entienden aquí. No las entienden Rivera Marín ni Rosselló. No se les puede culpar. Puerto Rico es una colonia que nunca ha tenido personalidad internacional. Carece, por lo tanto, de etiqueta diplomática y de la cultura de cómo se manejan relaciones entre países.

Eso fue lo que Rosselló demostró el 2 de octubre del 2018 cuando dijo sobre Venezuela: “Hay un momento para hacer expresiones, pero hay un momento para tomar acción. Estamos en ese punto en que podemos pararnos en un micrófono y hablar de lo que sentimos… se tienen que entender que van a haber acciones contundentes”. Si Puerto Rico fuera soberano, esas expresiones serían casi una declaración de guerra. Habrían causado movimiento de tropas y reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU.

Rivera Marín también demostró que no entiende de qué se trata todo esto cuando creyó que el punto de la ayuda era meterla a la cañona en territorio venezolano. El hombre se entusiasmó el miércoles en una entrevista con CNN y dijo que el avión de Puerto Rico ya había aterrizado en Venezuela. No entiende cuán tremendamente grave es que un gobierno diga que ha violado o va a violar la integridad territorial de otro país. Eso normalmente se considera una agresión. Por cosas así ha habido múltiples guerras.

Rivera Marín dijo que lo hacía en coordinación con Guaidó, reconocido como presidente legítimo por algunos países, incluido Puerto Rico, que en esto (apunten otro absurdo) actúa como nación soberana. Lo que pasa es que Guaidó puede ser tan presidente encargado como lo quieran reconocer. Pero no tiene ningún control del estado venezolano, mucho menos de las fronteras y espacios aéreos.

La noticia de que Puerto Rico había sido el primer país del mundo en lograr entrar ayuda a Venezuela corrió el planeta. Pero duró poco. Se supo pronto que era mentira. No duró ni 24 horas. Nos dejó en ridículo. Se nos cayó a muchos la cara de la vergüenza, sobre todo a los que tenemos amistades en Venezuela, que nos agradecían conmovidos la gesta de la ayuda que resultó inexistente.

Rivera Marín no rectificó. Por el contrario, siguió enredándose. Dijo que no podía divulgar detalles de la ruta del avión porque “se compromete la misión”. Casi cualquier persona sabe que es imposible ocultar la ruta de un avión civil. Se busca en ciertos sitios de internet y se ve de dónde salió, a dónde llegó y cuál fue su ruta. Al rato se sabía que el avión de la misión secreta estaba en Santo Domingo, a la vista de todo el mundo.

Son muy difíciles de entender, por no decir imposibles, las actuaciones de Rivera Marín. Países poderosos recogieron ayuda y la enviaron a Colombia, sin drama. Ninguno ha querido parecer el titán de la llanura actuando por la fuerza y poniendo en riesgo el delicado balance que lucha por mantener la comunidad internacional para tratar de resolver sin sangre la crisis venezolana.

¿Por qué Rivera Marín habría dicho que el avión aterrizó sin ser cierto? ¿Qué le pasa por la mente al principal representante de la diplomacia colonial cuando dice en una estación que se ve en todo el continente que Puerto Rico ha violentado la integridad territorial de otro país?

¿Por qué quiso hacer ver que era una misión secreta, si cualquiera puede averiguar la ruta de un avión civil? ¿Ignoraba él lo obvio? ¿Creerá que los demás lo ignoramos?

No parece que nadie en el gobierno se percató de lo temerarias de las acciones de Rivera Marín, ni cuán reveladoras son sobre lo poco que sabe de sus funciones diplomáticas. No parece incomodar que demostrara que no sabe nada de su trabajo y que haya convertido la sencilla tarea de recaudar ayuda en un fiasco y en un ridículo en la región para Puerto Rico.

El puesto de Rivera Marín no es poca cosa. Es el segundo en la sucesión constitucional. Si algo inhabilitara al gobernador, él queda al mando. Se supone que sea nuestro representante ante el mundo. Por eso lo de canciller. ¿Tanto hemos descendido que ni siquiera pedirle que sepa de su trabajo, y un poco de prudencia cuando sea nuestra voz en el mundo, podemos pedirle? ¿Ya ni con un poco de prudencia podemos conformarnos?