Friday, April 1, 2016

Llamado al diálogo sereno en la UPR

Reproducimos el editorial inédito periódico El Nuevo Día del miércoles 30 de marzo de 2016

Ante la incertidumbre fiscal que atraviesa la Universidad de Puerto Rico, la misma que permea en todo el País, la administración universitaria debe mantener un nivel prudente de gastos que no afecte el funcionamiento de sus 11 centros docentes, mientras el Departamento de Hacienda se esfuerza por entregar a la UPR los fondos que le corresponden mediante fórmula presupuestaria.
Lo sabio es también que, en estos momentos de expectativa en todo Puerto Rico, las instituciones como la UPR cuenten con el apoyo de sus componentes, manteniendo el clima de diálogo sereno que la búsqueda racional de soluciones manda.
Los retos financieros que enfrenta la Universidad pública requerirán de la elaboración de un consenso amplio en la comunidad universitaria.
La Universidad del Estado tiene el deber de elaborar un plan estratégico que ponga al día su misión con el futuro de Puerto Rico, dentro de los parámetros financieros de prioridades que estos tiempos de estrechez requieren. Ese plan sustituirá al ambicioso, pero poco efectivo, “Diez para la década” que recién concluye.
En el diseño de ese plan, la UPR debe examinar a fondo sus ofrecimientos académicos a la luz de las circunstancias cambiantes del País: una emigración creciente, una reducida población estudiantil, y un nivel de desempleo que obliga a mirar a una educación en profesiones no tradicionales.
El tema presupuestario que afecta al gobierno en general no ha eximido a la Universidad que, a pesar de gozar de autonomía, depende principalmente de una fórmula que en los dos últimos años fiscales ha sido congelada, con el ingrediente adicional de una orden ejecutiva que dispone la creación de reservas en todas las agencias.
Las dificultades económicas de la UPR, agravadas por la lentitud de Hacienda en el envío de las remesas presupuestarias, regularizado mediante un acuerdo logrado en diciembre, cargan la agenda de la administración universitaria, que ha acelerado el paso en la búsqueda de ingresos alternos.
Es acertada la estrategia universitaria de dirigirse hacia el emprendimiento, representado por proyectos como el del “posterriqueño” –una alternativa original y costo-efectiva a las tradicionales luminarias que se utilizan en el alumbrado público.
 
El emprendimiento brinda mejores expectativas de conseguir esos ingresos adicionales para la institución, que también ha gestado la creación de una empresa denominada Protein Dynamic Solutions, que comercializa tecnología biomédica de la profesora Belinda Pastrana.
Es acertado que la UPR haya disminuido a cinco años, un período más realista, su planificación estratégica, y que revise el número y la función de sus 11 recintos.
Confiamos que Hacienda siga cumpliendo con las remesas semanales de $18.5 millones a la UPR. Ésta ha podido cumplir con el pago de nómina, que representa el 80% de su presupuesto, a pesar de los atrasos de Hacienda, pero se ha afectado el pago a los suplidores por períodos de 60 a 90 días.
Ya que las actividades curriculares no se han impactado por razones presupuestarias, se dificulta justificar los paros estudiantiles en protesta por la demora en las remesas del gobierno central.
Es necesario que, tanto los administradores como el profesorado y los líderes estudiantiles, sean proactivos en la búsqueda de soluciones, y cooperadores en esta urgencia de construir un consenso amplio dirigido a salvaguardar la institución. Ese consenso y la colaboración decidida de todos los integrantes de la comunidad universitaria son indispensables para garantizar una Universidad estratégicamente preparada para los grandes retos de los próximos años.