Tuesday, July 4, 2023

Un acercamiento al trabajo obrero de Lech Walesa y Rosa Luxemburgo

Publicado en la Revista Phrónesis, Vol 4 agosto mayo 2022 2023, p.7., del Departamento de Humanidades de la UPR Aguadilla

Sinopsis

El movimiento obrero ha sido estudiado cabalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX. La historiografía se ha concentrado en los intelectuales que predominaron el pensamiento marxista del siglo XIX. No obstante, se ha obviado las contribuciones realizadas por figura importantes que trascienden por su legado teórico. Partiendo de esta perspectiva, se analizará la aportación de Rosa Luxemburgo, donde sus trabajos son considerados como una de las grandes aportaciones prácticas y teóricas del siglo XX.

Palabras claves: Movimiento obrero, historiografía, Revolución Industrial, Proletariat, uniones obreras.

 

El desarrollo del movimiento obrero a nivel internacional ha estado dentro de escritos y manifestaciones desarrolladas como consecuencia de la Revolución Industrial (Hobsbawm 2009). La mayor parte de la historiografía se remonta a los escritos de Federico Engels y Carlos Marx sobre las condiciones del pueblo trabajador durante el siglo XIX. No obstante, cuando uno se percata de cuáles son las variantes de este discurso obrero desarrollado en dicho siglo, nota que a finales del XIX y en el XX hubo otras personas que contribuyeron aclarar muchas de las posiciones y a rectificar algunos planteamientos. Dos figuras provienen del mismo país y contribuyeron al desarrollo de un movimiento obrero que se respetara a sí y lograra aportes colectivos (Rodríguez 1993).

La historiografía polaca relacionada al movimiento obrero es variada. No obstante, poco conocemos. Toma significado la presencia de una contribuyente al desarrollo teórico y práctico de las luchas obreras como lo fue Rosa Luxemburgo. A ella se le considera una de las teóricas del siglo XX dentro del campo de las relaciones obrero-patronales. Conocemos que desde muy joven fue activista del movimiento socialista y se integró al partido revolucionario llamado Proletariat, fundado en 1882.

Proletariat estuvo muy adelantado con respecto al movimiento revolucionario en Rusia porque organizaba y dirigía trabajadores en huelga antes que se desarrollara un movimiento allá. No obstante, en el 1886 este partido se fue desvaneciendo ante la ejecución, encarcelamiento o destierro de su liderato. Sobrevivió gracias a pequeños círculos y entre los que estaba Rosa Luxemburgo. Siendo estudiante universitaria, Rosa se convirtió en la líder máxima del partido Proletariat. Para el 1894 el partido cambió de nombre por el de Partido Social Demócrata del Reino de Polonia y Luxemburgo su líder.

La popularidad de Luxemburgo llegó a tal grado que sus escritos y discursos fueron reconocidos en toda Europa. De hecho, tuvo adversarios que lanzaron improperios e injurias hacia ella. No obstante, su trabajo intelectual crecía pasos agigantados. Después de comenzar a escribir frecuentemente en los diarios, llegó a ser uno de los principales colaboradores del periódico teórico marxista más importante de la época, Die Neue Zeit.

Es poco conocido que, a principios del siglo XX, Luxemburgo entró en controversias con Vladimir Lenin en Rusia. Específicamente la disputa se concentraba en lo relacionado a la cuestión nacional, la concepción del partido político y las masas sociales. Hacemos notar que para ese momento la salud de Luxemburgo estaba en baja. No obstante, a finales del 1905 regresó a Polonia y, a pesar de las restricciones del gobierno, la fortaleza del pueblo estaba centrada en los talleres de los obreros: las fábricas. A pesar de todos los intentos del gobierno de prohibir las apariciones obreras, el pueblo trabajador se mantuvo en la opinión pública a través del diario clandestino publicado por Luxemburgo.

El momento más neurálgico de las relaciones entre Luxemburgo y los trabajadores y el gobierno polaco con apoyo ruso, se observó en el 1910, cuando se produjo una ruptura total entre ambos por el asunto de la vía de los trabajadores hacia el poder. Esta expresión llevaba a que los trabajadores y Rosa entendían que los obreros tenían que ir en busca del poder político y el estado. Desde ese momento la líder pasó a ser la principal inspiradora del movimiento obrero.

Entre sus publicaciones de mayor renombre se encuentra en el 1913, La acumulación de capital y en el 1914 Militarismo, guerra y clase obrera. La primera es considerada una de las mayores aportaciones a las teorías económicas de corte marxista desde Carlos Marx.

La aportación de Rosa Luxemburgo al desarrollo de una conciencia de clase obrera tuvo frutos en todo el planeta. Ya en periodos posteriores los avances de los trabajadores polacos estuvieron dentro del ambiente de la Primera y Segunda Guerra Mundial. De hecho, lo rígido del modelo ruso, y más adelante soviético, sobre las particularidades nacionales nutría un descontento social, acrecentado a partir de 1956 en adelante.

En el 1976 surgió el Comité de Defensa de los Trabajadores (KOR), para prestar apoyo y asistencia jurídica a quienes eran perseguidos por el Estado por participar en manifestaciones laborales. El KOR fue el inicio de la reorganización de la clase obrera polaca y, más adelante, se reformó en el Sindicato Libre de la Costa en Gdansk (antecedente directo del Sindicato Autogestionario Independiente: Solidarnosc). Esta organización prácticamente agrupó a toda la oposición al gobierno polaco.

 

Solidaridad

El Sindicato Autogestionario Independiente o Solidaridad desarrollado en Polonia, fue un movimiento de trabajadores inicialmente clandestino y luego público. Su base estaba muy influenciada por los movimientos sociales y católicos. Es por ello por lo que podemos decir que el movimiento fue uno social que luchó por las libertades y contra el régimen comunista.

A finales de la década de los años 70, Polonia estuvo atravesando por eventos a nivel internacional. En el 1978 el Cardenal de Cracovia, Farol Wojtyla, fue electo Papa. De ahí en adelante pasó a ser Juan Pablo II y reconocido como el Papa que surge de un país de gobierno comunista. Este evento es uno muy significativo pues a pesar de la opresión del gobierno comunista a las manifestaciones de tipo religiosas, en Roma los cardenales del planeta habían elegido a uno proveniente de Polonia. Esta noticia fue notablemente atendida por la prensa internacional y polaca.

Para el 1979 Juan Pablo II realiza su primera visita a su país de origen en un viaje de peregrinación. Fueron millones de personas en Polonia que participaron de los encuentros y reforzaron su conciencia ciudadana percatándose del surgir de una nueva fuerza social. La presencia de un Papa en territorio comunista motivaba a los católicos a luchar y alcanzar cosas que antes no veían. Interesante hay que mencionar que muchos católicos eran parte de agrupaciones obreras.

En mayo del 1980 en la ciudad polaca de Kielce una manifestación de cuatrocientas personas llegó al centro de la misma. Uno de los grupos más nutridos que se unió a la manifestación lo fue el de trabajadores de las minas y de la fábrica de gomas de la ciudad. Específicamente la manifestación iba dirigida a rechazar un movimiento del gobierno de privatizar la fábrica. Esta manifestación provocó que el gobierno desistiera de ello. Ante los ojos de los trabajadores era una victoria. Así se pudo observar el liderato de un obrero, que ya se le reconocía su labor obrera, Lech Walesa.

Para el 1978 Walesa era reconocido pues organizó uniones obreras no comunistas y formaba parte de acciones en los astilleros polacos. En varias ocasiones fue encarcelado y había estado siendo vigilado por el aparato de seguridad del gobierno comunista polaco. La biografía que se presenta cuando se le otorga el Premio Nobel de la Paz indica que en agosto de 1980 lideró una huelga del astillero de Gdansk que ayudó al desarrollo de una ola de huelgas en la mayor parte del país.

Es reconocido que las primeras demandas de Walesa fueron dirigidas a fortalecer los derechos de los trabajadores de los astilleros. De hecho, las autoridades polacas se vieron forzados a acepar los reclamos de los trabajadores y a negociar el Acuerdo de Gdansk del 31 de agosto del 1980. Este evento es de gran significado para toda la clase obrera polaca pues se le otorgó el derecho a decretar y llevar a cabo huelgas. Puede observarse que se abrió una puerta que en el pasado no tenían los trabajadores. Las huelgas previamente habían sido decretadas como ilegales por parte del gobierno comunista.

Su paso por la historia polaca le ha llevado a ser unas de las figuras de la historia internacional. Fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en el año 1983. Al instaurarse un régimen democrático, fue nominado al puesto de presidente y fue electo en el año 1985.

Puede observarse que estas aportaciones polacas en las figuras de Luxemburgo y Walesa permitieron que la lucha de trabajadores estuviera más allá de las tradicionales. Sus trabajos fueron dirigidos a crear organismos e instituciones laborales dentro de países que valoraban esas luchas, pero que perseguían a quienes estuvieran fuera de las corrientes gubernamentales. Muchos consideran que es la razón para que grupos sociales le brinden poco crédito a sus aportaciones.     

 

Lista de Referencias

Arreguí, Alberto. “Rosa Luxemburgo: la persona y la revolucionaria”, Nuestra Bandera: Revista de Debate Político, Núm 242, págs. 165-175.

De La Torre del Río, Rosario. “La revolución aplastada: Rosa de Luxemburgo”, La Aventura de la Historia, Nún. 244, 2019, págs. 37-40.

Herrero de la Fuente, Mercedes. Papel de “Solidaridad” en el proceso de transición democrática en Polonia. Tesis Doctoral de la Universidad Complutense, 1999.

________. “Auge y declive del movimiento obrero en la historia reciente de Polonia”, Investigaciones históricas: Época Moderna y Contemporánea, Núm. 22, 2002, págs. 213-236.

Hobsbawm, Eric. En torno a los orígenes de la Revolución Industrial. Madrid España: Siglo XXI, 2009.

Lech Walesa. Biografía. http://www.historiasiglo20.org/BIO/walesa.htm

Ortiz de Zarate, Roberto. Biografía de Lech Walesa.

https://www.cidob.org/biografias_de_lideres_politicos/europa/polonia/lech_walesa

 

Rodríguez Aramberri, Julio. “Rosa Luxemburgo”, Teoría Política del socialismo, 1993, págs. 181-194.

Trincado Aznar, Estrella. “Rosa Luxemburgo y el pensamiento marxista”, Mujeres Economistas: las aportaciones de las mujeres a la ciencia económica y a su divulgación durante los siglos XIX y XX, 2007, págs. 231-258

Wojciechowski, Grzegorz. “Lech Walesa: el joven electricista polaco de los astilleros de Gdansk”, Los protagonistas de la caída del muro de Berlín, 2011, págs. 117-125