Publicado en el rotativo digital La Isla Oeste el 3 de julio de 2021 disponible en su enlace digital https://laislaoeste.com/a-dos-anos-de-la-revolucion-pacifica/
Muy
por debajo del radar, han pasado dos años que varios eventos socavaron la
estructura gubernamental en Puerto Rico en el 2019. El más recordado es el “chat”
que estremeció la fibra más profunda social, al hacerse público el contenido de
un grupo exclusivo de personas asociadas al exgobernador Ricardo Roselló Nevárez.
Provocó la paralización de toda la sociedad puertorriqueña y la primera renuncia
de un mandatario del puesto de gobernador.
Recordamos
que el primer escalón fue el despido del ex secretario de Hacienda, Raúl
Maldonado. La persona que había estado en el acercamiento más íntimo en relación
profesional con el pasado mandatario. Maldonado, le había expresado al gobernador
de situaciones que entendía estaban contra la pulcritud de los procesos gubernamentales
e indicó que existía una mafia en el gobierno. Sin embargo, su sinceridad y
fidelidad a su jefe trajo consigo que se le despidiera.
El
otro escalón fue cuando la prensa puertorriqueña recibió una copia de las
primeras páginas de unas conversaciones que sostenía el grupo privilegiado donde
se delataban prejuicios, estereotipos, ofensas e improperios (entre otros)
sobre figuras públicas y privadas. La cantidad de comentarios repudiables fue
tan intensa que el pueblo comenzó una serie de manifestaciones que iban en
escalada cada día.
Las
primeras actividades fueron espontáneas, pero luego coordinadas por personas y
grupos fuera de la palestra pública. Fue un movimiento de pueblo ejecutado por todos
los grupos sociales: una revolución. Aquí la división por ideologías políticas,
religiosas o filosóficas fue inexistente. Tampoco existía límites por edad ni
clases sociales. Cada día subía el tono de las manifestaciones.
Un
grupo de artistas (de todo tipo de arte) y deportistas se unieron al hacer un
llamado a manifestarse directamente en la Calle Fortaleza. Personalidades de
renombre y que siempre han recibido el respaldo del pueblo. Sencillo, como
diría Pitágoras: A2 + B2 = C2.
El
exgobernador no aparecía públicamente y comenzaron las teorías de dónde estaba.
Entonces un comunicado indica que tomaba unas merecidas vacaciones con su
familia en Europa, pero que regresaba a Puerto Rico para dar frente. Era tarde.
Los elementos de una revolución pacífica como la de Gandhi y Luther King arroparon
la Isla. No había excusas. Solo quedaba renunciar. Así fue.
Las
renuncias en masa erosionaban el orden sucesor. La lucha interna por el puesto
se hizo visible ante las diferencias en el liderato del partido gobernante a un
año del proceso electoral. Previo a la renuncia el exgobernador había dejado en
camino el nombramiento de licenciado Pierluisi, hoy gobernador, para la Secretaría
de Estado. Según el pueblo una de cal y otra de arena porque no veía luz al
final del túnel. Al final, la licenciada Wanda Vázquez es certificada como
gobernadora partiendo del orden constitucional de sucesión.
La
historia inmediata puertorriqueña demuestra que al provocar la fibra más profunda
a un pueblo, este despierta y toma las riendas de qué hacer. Ya lo hizo en el
2019. ¿Lo volverá a hacer? ¿Estaremos observando los primeros fermentos
organizativos?
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