Thursday, June 28, 2012

¿Qué tienen en común las décadas del 1930 y 2010?

Publicado en el periódico El Vocero del 28 de junio de 2012 en la página 26.

De inmediato la contestación que le pudieran dar las personas a esta pregunta es nada. No obstante, cuando penetramos en varios criterios de comparativa, observamos que tienen mucho en común.
En el campo de la política puertorriqueña el Partido Republicano gobernaba en la isla, teniendo el apoyo del Partido Socialista. De hecho, representó la época de la Coalición Republicana-Socialista como nos comenta Bolívar Pagán y Fernando Bayrón Toro. El Partido Republicano obtuvo una inmensa mayoría en contra de los demás partidos políticos. Su contraparte lo eran el Partido Liberal y el Partido Nacionalista.
La ideología que permeaba en la isla a través de los medios, dominados por los grandes intereses y el gobierno, era llevar a Puerto Rico hacia la estadidad federada. Este criterio era parte de la ideología republicana en la isla y de los socialistas de Santiago Iglesias Pantín. Por el otro lado los grupos más liberales, liderados por el Partido Nacionalista y el Liberal Reformista, presentaban sus objeciones a esta forma de pensar. Grupos de intelectuales formaron toda una defensa a favor de la nacionalidad puertorriqueña.
Fue la década del treinta la que dejó sentir en la isla todas las consecuencias de la Gran Depresión. Ese evento económico trajo que la pobreza emergiera como un virus que no podría ser atacado. Las consecuencias directas estaban en la falta de un sistema de educación pública eficiente, un sistema de salud inoperante y un periodo de cultura estancado. No obstante, grupos dieron la batalla para formar frentes de lucha y no permitir que se echara al olvido la naturaleza misma de la gente de pueblo.
Son muchos los estudios de esa época y los efectos que tuvo en el surgir del puertorriqueño como le conocemos hoy día. También esa forma de pensar ha estado en debate sobre qué verdaderamente es el ser puertorriqueño. Lo que sí sabemos es que ese momento histórico fue chispa para que se cuestionara la intervención de otras formas culturales en la nuestra. Muchos vieron la destrucción de la nacionalidad puertorriqueña.
No obstante, el grupo de intelectuales de diferentes ideologías políticas, religiosas y sociales se dieron a la tarea de echar a un lado sus intereses y luchas particulares por un bien común. Un ejercicio de responsabilidad cívica y social por mejorar las condiciones que se estaban observando en su medio ambiente inmediato. Las alianzas políticas, obviando los ideales, llevó a la práctica lo que ya en el Congreso y Presidencia estadounidense se había presentado y estaba dando resultado: invertir en la gente o el pueblo. El discurso fue dirigido a mejorar las condiciones de vida del puertorriqueño común. Este mensaje de pueblo llegó a las masas que utilizaron vehículos de inspiración política para atajar la debacle existente.
La prensa puertorriqueña de hoy día ha estado resaltando los problemas sociales que nos aquejan: criminalidad, pobreza económica, falta de mejor educación, problemas de salud y otros. Cuando se hace la comparativa con la década del treinta observamos elementos comunes pero distintos por la época en la cual de se desarrollan.
El gobierno está en manos del partido político que postula la estadidad federada. Ha estado haciendo alianzas con sectores que tradicionalmente luchaban en contra. Obtienen el poder político de una manera poderosa electoralmente.
Hoy se achaca la crisis económica como la causa del aumento de los demás problemas. La tasa de participación laboral está por piso, el desempleo es el más rampante en todos los primeros años de este siglo XXI. Los problemas en las escuelas públicas van desde la infraestructura hasta el bajo rendimiento académico del estudiantado. Los problemas con la asignación de fondos federales en contra de los controles establecidos hacen claro la catástrofe del sistema.
La salud pública cada día cae en peores señalamientos ante la ausencia de medicamentos, profesionales de salud y la crisis de  la tarjeta de salud gubernamental. Las auditorías constantes del sistema en cuanto al manejo de fondos para que vayan directo a los más necesitados es mayor. En fin todo una desorganización social.
Hoy día un partido político postula que “primero la gente” como mecanismo de hacer notar las diferencias entre sus posturas y las del gobierno de turno. Similar a la década del treinta busca concienciar las personas de que lo que está en el momento no sirve, como expresan.
Tal vez lo único que no ha ocurrido hasta el momento es la alianza de sectores que difieren en sus posturas ideológicas sobre donde encaminar a Puerto Rico. Esas posiciones hacen pensar si es momento que el pueblo tome conciencia del país como hicieron nuestros abuelos y abuelas. Ellos y ellas tomaron “el toro por los cuernos” y establecieron que era mejor el bienestar común y no el de sólo pequeños grupos que se han ido apoderando de todo en la isla. En la década del treinta fueron las grandes compañías y terratenientes. Hoy día son las grandes empresas que no aportan al sustento de un pueblo y buscan sus intereses económicos particulares.
No hemos señalado personas, compañías ni grupos políticos particulares. El propósito no es echar culpa de lo que ocurre, todo lo contrario. Se busca un espacio para reflexionar sobre lo que estamos viviendo como pueblo y cómo podemos dejar un mejor futuro a nuestros nietos.

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