Saturday, September 13, 2014

Estuve, estoy y estaré

Desde hace tiempo he estado pasando por unas experiencias que inspiran y causan pesar a la vez. Recuerdo que entre los meses de junio y julio del 2005 estuve fuertemente inclinado a continuar estudios doctorales. Realmente buscaba contestaciones en mi interior por varias situaciones personales.

Varios meses previos, había salido mi primera publicación. La acogida de libro fue tal, que hubo que realizar dos tiradas y se vendieron en menos de seis meses. El “éxito” provocó que colegas universitarios motivaran a terminar el grado doctoral. Muy pocos saben que lo hacía para canalizar la angustia y desolación a través del escribir.  

Ante ello inicié estudios doctorales en psicología. Este comenzar fue con el arma más poderosa que existe: el silencio. Tomé una clase y de ahí se convirtieron en 17 créditos. Lo que observé fue que el comportamiento, léxico y hasta la forma de escuchar a la gente había cambiado. Tanto fue así que varios colegas universitarios decían que hablaba como psicólogo. En fin, el cambio fue notable.

En una ocasión una estudiante se acercó para orientación. Estudiante brillantísima, excepcional, guapa, elegante y fabulosa. La mujer de los sueños por poseer una combinación única. Sabía que algo le ocurría porque su comportamiento cambió totalmente. Sólo quienes observan con detenimiento lo notan. De ser muy aplicada y de las explicaciones que ofrecía, su comportamiento cambió. Sólo atendía su móvil y mostraba signos de preocupación.

Al salir de clases le mencioné si deseaba platicar y todo quedaría ahí. Nunca invado espacios y permito que las personas tomen su tiempo. Solo sonrió. Sin embargo, pasaron como dos días y sin conversación. Inesperadamente se comunicó por la red y solicitó platicar sobre “la clase” y pasó por la oficina. Ella angustiada. Su dolor era el mío. 

Explicó sobre muchas cosas. Nunca imaginé lo que estaba ocurriendo. Pregunté varias cosas que permanecerán en  silencio. Sorprendido cuando dijo que prefería romper y comenzar una nueva vida. Sus ojos decían que aún había algo. Entonces hizo la pregunta que ningún especialista en conducta humana desea contestar: ¿qué hago? Fuimos reflexionando todas las variantes. Al final hizo lo que considero correcto. De no observar los cambios optaría por quedarse sola. Entiendo que no lo debes hacer, pero es tu “choice”, como decía. A través de una catarsis dolorosa y profunda cayó en tiempo. Le indiqué que estas cicatrices de dolor y sufrimiento hacen madurar sin importar la edad. También la existencia de personas que le pueden reciprocar lo que desea y necesita, pero en el futuro. Bien dice el refrán “el agua pasada no mueve molino”.

El tiempo me ha dicho que no perdí esos créditos en psicología. Es como si todo estuviera necesariamente aportando en el momento indicado. Lo curioso es que la joven vino y lo más que le pude dar fueron buenos deseos.

Se preguntan, por qué nos cuenta esta micro historia. Porque las historias tienden a ser similares a través del tiempo, pero nunca iguales. Cada uno de nosotros poseemos relatos que nos hacen reflexionar. Ese es el caso de quienes siguen las estrellas. Tomemos como ejemplo el horóscopo de hoy sábado 13 de septiembre de 2014, de quienes su signo es el del mes. Indica que
 
 
            “lo relacionado al hogar y la familia se enfatiza con la entrada de Marte
              en tu casa cuarta. Te tocará tomar decisiones serias para poner la paz.
              No trates de resolverlo todo en un día. Una actitud comprensiva pero a
              la vez determinante te llevará a ganar el respeto de muchos.
              Palabra sagrada: Resolver”

El propio me indica que debo “exigir lo justo para mí” y “sentirme tranquilo al poder resolver un problema”. Desconozco si aporté en algo. Pero estuve, estoy y estaré cuando más lo necesites.  

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