Una de
las historia laborales menos conocidas en Puerto Rico es la del Parque de las
Cavernas del Río Camuy. Este atractivo pertenece hoy día a Parques Nacionales
de Puerto Rico. No obstante, para el año 1988 pertenecía a la Administración de
Terrenos. Esta agencia fue definida como “patrono” dentro de la definición de
la Junta de Relaciones del Trabajo de Puerto Rico siéndole requerido negociar
colectivamente[i].
Las notas
periodísticas de la época indicaban un ejemplo de una buena administración de
recursos humanos, financieros y físicos. Usualmente la prensa puertorriqueña desconocía
las situaciones que se daban dentro del maquillaje turístico del Parque. No mostraban
algún problema laboral[ii].
Las
primeras noticias de la falta de paz laboral se registraron en la Fiesta de
Navidad de la agencia del año 1988 en las nuevas instalaciones del Parque de
las Cavernas. Los empelados de la Oficina Centran llegaron hasta las Cavernas
como parte del compartir y festejo. Ese día, trabajadores como Deudi Narvaez,
Manuel Torres y otros, presentaron a los empleados de las Cavernas, una serie
de inquietudes sobre la Administración de Terrenos. Entre ellas aspectos
financieros y del proceso laboral que habían iniciado en la Oficina Central. No
obstante, fueron muy pocos los que recibieron la información y quedaron de
reunirse en otro momento. Entre estos pocos se encontraban Héctor Cruz, Eddie
Vélez, Wilma Cardona, Vionette González y Roberto Legarreta.
Así
durante los meses de enero a mayo del 1989 comenzó una serie de reuniones entre
los empleados de las Cavernas y la Oficina Central. Se debe hacer claro que de
antemano los empleados de las Cavernas habían estado debatiendo los rumores de
que una unión obrera quería entrar a la agencia. No obstante, se desconocía de
los alcances.
En el mes
de febrero de 1989 se llevó a cabo una
reunión en el Centro Comunal del barrio Quebrada de Camuy. El propósito era
brindar información sobre los aspectos laborales y la Unión. Se hizo una
invitación general a todo aquel o aquella que quisiera información sobre el
proceso. No era un secreto. Hubo una asistencia de más de 20 personas. Entre
los presentes estaban Héctor Cruz, Eddie Vélez, Wilma Cardona, Vionette
González, Roberto Legarreta, Deudi Narvaez y Federico Torres Montalvo. Todo lo hablado fue
información básica de qué es una unión, sus beneficios y responsabilidades.
Nada más.
Semanas
más tarde fue repartido un boletín que presentaba algunos datos de la reunión
de febrero del 1989. Entre los datos estaba que la Administración de Terrenos
había ocultado a los empleados de las Cavernas el proceso sindical que se
llevaba en la Oficina Central y lo concurrida que fue esa reunión. En el mismo
boletín aparecía otra información sobre algunos empleados administrativos de la
Oficina Central. Entre ellas la esposa del Lcdo. José Martínez Oquendo. Para el
licenciado fue un improperio lo que se decía y acusó a los asistentes a la
reunión como los artífices de la información falsa sobre su esposa. De hecho,
la acusación fue a tal grado, que rompió relaciones con muchos de los
compañeros de las Cavernas.
Constatamos
y certificamos que en aquella reunión nunca se dialogó sobre ningún empleado
administrativo y sólo se presentó la información mencionada previamente. Este
boletín sería la base de futuras controversias laborales y de abrir los ojos a
muchos empleados de las Cavernas sobre lo que sería el proceso laboral en la
Administración de Terrenos.
Los días
siguientes a ese hecho fueron matizados a favor y en contra de la unión por
parte de los empleados de las Cavernas. Discusiones y debates fueron la orden
del día. Mientras eso ocurría, el administrador de las Cavernas, Sr. Ramón
Rivera, continuaba el proceso cotidiano a su posición. En una ocasión citó en
su oficina a varios empleados a saber: Juan Cruz Rubio, Nilda Calcerrada y otro.
Rivera indicó que el propósito de la reunión era mantener los canales abiertos
entre los diversos sectores de empleados y la administración. Sin embargo, sólo
citó a ese grupo pequeño y no había representación de las otras áreas de
trabajo. En la plática, porque insistió que sólo eso era, mantuvo una postura
de no tratar el tema de la unión. No obstante, Juan y Nilda indicaron que
estaban en contra de la unión y que no se afectaría la tranquilidad que se
respiraba en las Cavernas.
De hecho,
se sospechó que Rivera González estaba identificando quiénes estaban
respaldando el movimiento sindical. Una de esas ocasiones fue en el Bohío de
Información en el área de recepción donde varios empleados bromearon de quienes
respaldaban el movimiento. Los detractores al movimiento eran quienes más
traían la conversación. Debo hacer claro que en las Cavernas el respaldo estaba
como en secreto. Resulta interesante mencionar, de acuerdo al punteo previo,
que menos de 25 personas respaldaban el movimiento sindical. De hecho, esto se
confirmó el día de las elecciones sindicales.
Los meses
pasaron muy rápido. En el caso de las Cavernas los meses de mayor presencia de
visitantes, ha sido y es, en los meses de abril hasta julio. Esto no quitaba
los debates a favor y en contra. Entre los más férreos en contra del a unión
estaban Herbert Arroyo y José Luis “Cano” Martínez. Entre sus defensores los
mencionados previamente y se les unía Nelson Torres, guía turístico, y José
Ramos, operador de acceso. Al parecer la Administración de Terrenos y sus
representantes hicieron lo posible porque el tema estuviera fuera de la
discusión interna.
Ya para ese
momento llegó como supervisor de operaciones el Sr. Rafael González. Oriundo
del municipio de Lares, poseía preparación académica en administración. No
obstante, comentaban que sus destrezas sociales y relaciones humanas no eran
las más propicias. Supimos que muchos empelados no estaban de acuerdo con el
nombramiento. Se entendía que las personas a trabajar en las Cavernas fueran
los propios internos y se observaba a González como un agente externo. Sólo un
empleado estaba muy a favor: Michael. Resulta interesante que con la llegada de
González el malestar en las relaciones humanas, administrativas y sociales
empeoró. Si la Administración buscaba que se arreglaran los asuntos laborales no
sucedió y fue lo contrario.
Ante todo
esto la campaña a favor de la unión era más intensa. La presencia de empleados de
la Oficina Central y de líderes sindicales era muy frecuente y activa. Pero el
respaldo no avanzaba. Prácticamente las mismas personas que estuvieron desde el
mes de enero a favor de la sindical se mantuvo intacto.
La Junta
de Relaciones del Trabajo había certificado que la Administración de Terrenos
era patrono. Este es el primer paso dentro del proceso laboral que hay que
determinar. Luego de apelar y llevar el caso a los diferentes foros, la Administración
de Terrenos tenía que enfrentar la realidad de su definición como “patrono” por
el organismo gubernamental. La Junta decidió el 8 de septiembre de 1989 que
tenía que llevarse una elección sindical y la programó para el 10 de noviembre
de 1989[iii].
La
segunda hoja de promoción estaba bajo el título Por ti y los tuyos[iv].
Se hacía la observación de que un voto a favor de la unión representaría
problemas para los empleados y sus familiares. Al analizar el documento se
observa que fue escrito con el objetivo de que pasara a ser uno hecho por un
empleado de las Cavernas. En ese preciso momento tuvo efecto. Fueron muchos los
empleados que consignaron que votarían en contra de la unión.
También
se repartió ese día otra hoja bajo el título
Preguntas y Respuestas[v].
El documento se compone de unas nueve preguntas, una serie de oraciones
reflexivas y un mensaje contra la unión al final. Los simpatizantes con la
unión fueron pregunta por pregunta y aseveración por aseveración rechazando
cada uno de los aspectos que consideraban mentiras y falsedades.
El día de
las elecciones no fue algo cotidiano. El proceso de votación se llevó a cabo en
un colegio fuera del área de recepción de público en el nuevo Edificio de
Multiusos. Se hicieron turnos para que los empleados fueran a votar. Cada vez
que iban grupos de empleados a votar, por lo menos en aquellos que atendían al
público, un silencio rotundo. Sólo aquellos que estaban en contra de la unión
vociferaban. Era como si se conociera los resultados desde la mañana.
Como
observador de la posición en contra de la unión estaba José Luis “Cano”
Martínez. Representante de la parte a favor de la unión era Héctor Cruz. Ambos
poseían experiencia en los procesos electorales políticos y brindaban confianza
a empleados-electores.
Los
visitantes no se percataron y la mañana transcurrió normal. Sí era de observar
que, cada vez que regresaba un grupo de empleados que habían ejercido el voto,
los favorecedores de la Unión se mostraban muy serios. Un grupo de empleados a
favor de la unión se encontraban almorzando en el área de la cafetería como Vionette,
Robert Legarreta y Eddie. Se mantenían en un conteo de cuántos votos eran
necesarios para que ganara su posición. Habían establecido que si 30 empleados
votaban a favor se unirían a los votos de la Oficina Central en San Juan obteniendo la victoria. Según el
sondeo, realizado por observadores externos, a lo sumo 20 empleados estarían
apoyando la unión en las Cavernas. Las pocas esperanzas que tenían los
compañeros al parecer se las tronchaba.
Así llegó
la tarde y el final del proceso
electoral. Ahora había que llevar los votos y un representante de ambas
posiciones acompañar hasta la Junta de Relaciones del Trabajo. Héctor Cruz y
Jorge Cuevas, como observadores a favor de la unión, y José Luis Martínez y
Angel Oliver, observadores en contra de la unión, acompañaron la comisión hasta
San Juan. Allá les esperaban los compañeros Deudi Narvaez y Sonia Ortiz, como
observadores a favor de la unión, y Angel, observador en contra de la unión[vi].
Ahora restaba contar los votos.
Los tan
afanosos y esperados votos fueron los siguientes: Número de Votantes Elegibles
151, Votos Válidos Contados 145, Votos a Favor de la Unión Independiente de
Empleados de la Administración de Terrenos 61, Votos en Contra 82, Votos
Recusados 3 y Votos en Blanco 2[vii].
La oposición fue de 21 votos. El sondeo de observadores no estaba muy lejos de
la realidad.
Las
noticias no fueron las esperadas por simpatizantes a favor en las Cavernas.
Cada cual se retiró a sus casas, no sin antes comenzar a indicar las posibles
razones para la derrota. Una de ellas lo que entendían fue una intromisión
completa por parte de la administración del Parque y del director Ejecutivo en
el proceso del libre ejercicio al voto. Otros comentaban las hojas sueltas del
día anterior.
Al otro
día los empelados de las Cavernas tenían trabajo. El Parque atendía al público
en una jornada de miércoles a domingo.
En la Oficina Central no se verían hasta el lunes. Así que las primeras
interrogantes se fueron gestando en las Cavernas. No tardó mucho que los
compañeros de la Oficina Central hicieran un viaje hasta las Cavernas para
conocer de primera mano qué había ocurrido. También se incorporó al proceso de
evaluación de los eventos, el líder sindical Federico Torres Montalvo.
No pasó
mucho tiempo para comenzar la logística para impugnar el proceso electoral. La
peticionaria llevó un caso ante la Junta de Relaciones del Trabajo por práctica
ilícita de intervención directa del patrono. Para ello era necesario que
hubiesen empelados que testificaran algunos eventos observados en el proceso
como la entrega de las hojas sueltas el día antes de la elección. Este proceso
fue uno muy lento y no todos los empleados cooperarían. No obstante, comenzó
una serie de ataques contra las personas que el Patrono sospechaba respaldaron
la Unión.
Algunos
empleados no comprendían por qué no se pagaba conforme al tiempo y medio los
días feriados. Esta diferencia produjo la intervención del señor Luis Ortiz
Sánchez, Director de Administración de la AT. Ortiz envió una comunicación
donde, partiendo del ordenamiento laboral vigente, los pagos que se hacían
estaban conforme al derecho[viii].
Para muchos de los empleados esto no estaba a tono con la excepcionalidad del
trabajo. Esto quedaba demostrado por las continuas manifestaciones del público
que visitaba las Cavernas.
Este
primer malestar fue la gota para otras situaciones y desencadenó en descontento
laboral. Los eventos futuros llevaron a los empelados de las Cavernas a cuestionarse
y evaluar lo que decían los empleados de la Oficina Central. Estas situaciones y el proceso de impugnación de la
Unión contribuyeron a su reorganización.
[i] Junta de Relaciones del Trabajo (JRT), Decisión y Orden de Elecciones, D-89-1143, 7 de septiembre de 1989.
[ii]
Raúl Touzon Aguilera, “Felicita al
gobierno”, Sección de Cartas, El Nuevo Día, 14 de febrero de 1987
[iii]
Op cit, JRT, 7 de septiembre de 1989.
[iv]
Poseemos copia exacta del documento gracias a archivo personal.
[v]
Ibid.
[vi]
Junta de Relaciones del Trabajo, Cotejo
de votos, Caso P88-8, 10 de noviembre de 1989.
[vii]
Ibid.
[viii]
Luis Ortiz Sánchez, “Memorando: Todos los empleados del Parque de las Cavernas
del Rio Camuy”, 2 de marzo del 1990.
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