Monday, September 6, 2010

Memorias del Congreso Internacional ‘El Caribe sus literaturas y sus culturas”

Después de un mes sin hacer una aportación al espacio, decidí escribir nuevamente. Esta vez desde el Aeropuerto Internacional de Panamá, donde tengo que esperar por mi otro vuelo en dirección a Córdoba Argentina. La meta del viaje es presentar con humildad, dignidad y orgullo una ponencia sobre Enrique A. Laguerre en el Congreso Internacional “El Caribe sus literaturas y sus culturas” los días 1 al 3 de septiembre de 2010. Trazar los objetivos y las actividades para que se realice el mismo fue una tarea ardua y agradable.

El primer día de la experiencia fue el viaje. Desde Moca, en mi casa, salí las 3:00 de la mañana en auto alquilado. La razón era que por ser de madrugada no deseaba que ninguno de mis familiares tuviera que regresar en las horas de madrugara solos. Tomar el vuelo desde Puerto Rico hasta Panamá fue interesante al haber un poco de turbulencia hasta la serenidad de una noche. No obstante, tenía una preocupación que marcó todo el viaje: el huracán Earl acercándose a la isla. Por eso no estuve tranquilo hasta aterrizar en Panamá y buscar la forma de comunicarme por la web a casa. Me dijeron que todo estaba tranquilo. Sabía que buscaban tranquilizarme. Eso lo sabía al estar atento a los datos de NOAA. Pero no podía hacer nada más que desear lo mejor. Luego de una larga espera de nueve horas la llamada para el vuelo hasta Córdoba.

Este vuelo no fue de lo mejor. Las constantes turbulencias y estremecimientos del avión nunca los había pasado. Incluso cuando realice el viaje a India, junto  la Delegacion de Sociologia de la American Sociological Association para el estudio sobre los efectos de la globalizacion y la reaccion al cambio,  no pase por esa experiencia. Lo que ocurría era que dejábamos el trópico caribeño y entrábamos en la zona del invierno suramericano. El estado del tiempo era la orden del día. Los demás pasajeros no demostraban cautela alguna. Estaban relajados. Así que controlar las emociones y dormir un poco. Luego se transformó en tres horas de sueño. Al fin llegué.

Los trámites tradicionales de aduana y migración los esperaba. Inmediatamente seguí las instrucciones de mi guía de turismo Mayra: cambiar cerca de 200 dólares en pesos. Fueron cerca de 600 pesos. Interesante por demás fue que la chica del cambio de moneda preguntó “¿cuántos euros cambiaria?”. Al parecer la frecuencia de ciudadanos europeos de visita a la ciudad de Córdoba es muy alta. El frio tampoco lo esperaba. La temperatura estaba, según sus termómetros, en siete grados celcius. Le sentía como mil grados bajo cero al no estar acostumbrado a ese clima. He estado en situaciones de mucho frío, pero no como en esta ocasión. El problema era salir del aeropuerto y tomar el taxi al hotel con ese frío. Había que hacerlo.

El taxista, un joven adulto de unos 25 a 30 años, reconoció el acento extranjero y ahí los primeros contactos cordobeses. El hotel quedaba cerca del aeropuerto. Bueno a unos 25 pesos argentinos o unos seis dólares. No hubo ningún tipo de situación con los arreglos al hotel. Los detalles de hospedaje habían sido realizados a través de la web. Eran cerca de las 3:30 de la madrugada del martes 31 de agosto. Entonces un baño y dormir.


Era cerca de las 9:oo de la mañana cuando me levanté. El propósito era desayunar bien y dirigirme a la ciudad. Parte de estos viajes es conocer un poco de lo que ofrecen los lugares. Interesante, al momento de bajar al restaurante del hotel, fue ser la atracción principal. Estaba en pantalones cortos, camiseta y chanclas. Los demás en el restaurante con mangas largas, vaqueros y abrigos. Desconocía que la temperatura estaba nuevamente en 7 grados C. No obstante las miradas desconcertadas, desayuné y fui a la habitación a cambiarme con ropa más abrigada.

En Recepción solicité un taxi para ir a la ciudad. Le indiqué al amigo que se dirigiera a la Plaza San Martín. En la ruta las explicaciones que ya se estaban transformando en lo básico: de dónde era, que haría y otras. El caballero me ofreció buenos consejos como donde cenar una buena parrillada, comprara bajos precios y otros. Al llegar a la Plaza conocí la Catedral, las Calles Peatonales, la Manzana Jesuita, el Cabildo Histórico, la Biblioteca Nacional y la inmensa cantidad de librerías. Cada dos negocios una librería y de diferente especialidad: derecho, literatura, historia y otras materias. Después de comprar algunos recordatorios, regresé al hotel para descansar y comunicarme a casa.

La conexión por la web preocupaba al estar utilizando el programado SKYPE. Este programado no sólo comunica audio en directo, también imagen. Se había programado que sería una conversación desde casa de mis padres. No deseaba mostrar emociones ante mi mama y demas. En verdad les extrañé. Al establecer la conexión les expliqué todo lo ocurrido en el día. Traté que la conversación fuera lo más corta posible. Inevitablemente quedé dormido hasta el otro día.

Ese día volví al desayuno. Esta vez un poco más abrigado. Estaba algo inquieto al ser el día de la presentación. Pedí un taxi en recepción donde el taxista comenzó las preguntas obligadas. La temperatura a cinco grados C. Motivado llegué a la Casa Verde, lugar de encuentro y registro. Puedo criticar que las mesas del registro me parecieron algo desorganizadas. En la recepción personas de diferentes países y cordobeses. En eso se acerca un joven adulto y me pregunta “¿puertorriqueño?”. Al contestar en la afirmativa con alegría dice “yo también”. Indica que proviene de la Universidad de Michigan y su nombre Jaime Rodríguez Matos. El primer contacto en el Congreso y boricua. Luego del tradicional diálogo procedimos a la Ceremonia de Apertura.
La Apertura se realizaría en el Decanato de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional. La bienvenida fue ofrecida por la Dra. Gloria Edelstein, Decana de la Facultad. En su mensaje protocolar hizo claro la presencia de ponentes de diferentes partes del mundo: España, Colombia, Cuba, Venezuela, Argentina, Puerto Rico y otros. Después ella cedió la palabra al Director del Centro de Investigación, Dr. Claudio Días. Este hizo un recuento histórico de lo que representa la Universidad Nacional de Córdoba. Tercera en el protocolo lo fue la Dra. Nancy Calomarde quien agradeció el esfuerzo de todos los que participaron de la coordinación y organización del evento. La Dra. Teresa Basile fue la cuarta en dirigirse. Estaba muy emocionada e indicó estar muy sorprendida ante la cantidad de ponentes confirmados de unos 160. Hizo claro que de igual forma que ella y sus compañeros realizaron muchos esfuerzos para la realización del Congreso, comprendía y se unía a quienes realizaron tareas individuales para poder asistir y apoyarles.

Una vez terminada la Ceremonia comenzaban las ponencias. En la primera de ellas se contaba con dos puertorriqueños no residentes en la isla: Julio Ramos y Juan Carlos Quintero. Sus ponencias giraron en torno a los ritmos musicales como elementos culturales. Se hizo alusión en varias ocasiones al sociólogo Ángel Quintero. Luego de ellos las mesas particulares. Entre la ellas en la que presentaría.

Pasamos a la Casa Verde al Aula 6. En ella estaría presentando. Allí conocí al otro exponente en representación de Juan Manuel Fernández (quien estaba en agenda pero tuvo contratiempos a última hora pero llevó su representante). El amigo hizo la presentación protocolar. Sorprendió el interés de la temática. La única del Congreso que iba dirigida a ensayos periodísticos y la figura de Laguerre. Decidí no leer la ponencia y mejor hacerla una discutida con la concurrencia. Varias preguntas fueron hechas al final: ¿Cuál era la posición ideológica política de Laguerre?, 2) ¿eran los ensayos de Laguerre críticos o costumbristas?, 3)¿el elemento racial pudo afectar el grado de reconocimiento a nivel internacional hasta mucho más tarde en su vida?, entre otras. Todas y cada una de ellas se le ofreció una explicación científico racional pariendo de los datos que he encontrado en mi estudio. La ponencia fue tal que provocó que muchos y muchas se quedaran preguntando otros datos de este literato después de finalizada la presentación. La segunda ponencia de la mesa giró en torno a las crónicas de Rubén Dario. Estaba tan emocionado con mi ejecutoria que estaba físicamente en el lugar, no así mi mente. La tarea de más de un mes de preparativos, fue exitosa.

Continuó el día con un brindis en el cual participamos los ponentes y, claro está, tomé vino y “croquetas” (especie de pequeños pastelillos con carne de res, queso y otros). El frío y la emoción requerían que regresara al hotel. Estuve un rato y luego me fui. Tuve que darme un baño con agua bien caliente. La temperatura continuaba muy baja. Conectado a la red me comuniqué con Mayra.

El jueves 2 de septiembre deseaba presenciar la mesa 22, programada para las 11:00 de la mañana. Así que me preparé visitar varios lugares de camino al Congreso. Ese día visité el Palacio Ferreira, el Museo de Paleontología y la Rectoría de la Universidad Nacional de Córdoba. Todo ello antes de la ponencia deseada.

La mesa 22 tenía un tema relacionado al autor puertorriqueño radicado en Estados Unidos, Eduardo Lalo. He leído algunos trabajos de Lalo que trabaja la temática del invisibilizar en Puerto Rico de ciertos sectores sociales contra sectores marginados. El autor estaba presente en la ponencia y las preguntas le fueron dirigidas a él y no a las participantes. De hecho, le pedí copia a la Dra. María Caballero. Me indicó que la haría llegar correo electrónico. En uno momento le preguntaron a Lalo sobre su crítica pero por qué la hacía desde fuera de Puerto Rico. Contestó pero, mi percepción era que no complacía al quien preguntó. Entonces me inserté en el debate y aporté desde la posición de un puertorriqueño nacido, criado y viviendo en Puerto Rico. Mi intervención giró en certificar los planteamientos de la crítica laloriana. Al finalizar la presentación Lalo y yo nos presentamos formalmente, compartimos, le envió saludos a su amigo Alberto Martínez Márquez (profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla) y agradeció mi intervención. Aporté nuevamente. De ahí al almuerzo.

Decidí almorzar al lado de la Casa Verde. Sentado se acercó este caballero solicitando un espacio en la mesa: Dr. Víctor Canenna. Estuvo presente en la ponencia de la mesa 22 y me presentó su interés en el autor puertorriqueño Edgardo Rodríguez Juliá. Preguntó sobre la década del 30 y la figura de Luis Muñoz Rivera. Desconocía que Cannena estaría presentando el viernes 3 de septiembre en la mesa de 35 sobre la narrativa puertorriqueña. Después de conversar un rato cada cual procedió según los intereses particulares, como ocurre en este tipo de eventos. El frío y el viento espeluznante. Un buen baño con agua caliente y luego comunicarme a casa.

La conversación en casa hizo hincapié en el viaje de regreso, algunas situaciones de la política puertorriqueña y si había o no comido una parrillada. Pachy, mi hijo mayor, también compartió. Estaba muy emocionado con relación a un programa especial que tenía a cargo en la emisora Radio Universidad de Puerto Rico (donde trabaja) con los aspirantes a la presidencia del Colegio de Abogados de Puerto Rico. Su alegría me satisfacía: era su primer programa especial y en su área del derecho. Sería transmitido el lunes 6 de septiembre.

El viernes 3 de septiembre, mi último día de participar en el Congreso ya que regresaría esa noche a Puerto Rico, me interesaban las ponencias de la mesa 35. Allí llegué ante la presentación de Dr. Víctor Cannena, Dra. Privitera, las señoritas Fragroso y Hueso. Canenna disertó sobre Edgardo Rodríguez Juliá, Hueso y Fragroso sobre Luis Rafael Sánchez y Privitera sobre Pales Matos. Luego de la presentación de cada uno. Cannena, con quien había almorzado el día antes, me solicitó que expresara mis impresiones sobre las ponencias relacionadas a escritores puertorriqueños al ser un boricua. Interesante el lenguaje no verbal de las participantes y parte de la concurrencia que desconocían el hecho de mi nacionalidad. Todas las miradas hacia el jíbaro de Moca. Comencé indicando que lo presentado no era sobre los puertorriqueños y sí sobre la opinión y críticas de los escritores boricuas mencionados. Segundo aporté con algunos datos a las jóvenes que trataron el tema de La Guaracha del Macho Camacho. Les indiqué que tenían que visualizar al personaje de Bonny como un representativo de la Ciudad de Plástico (canción interpretada por Rubén Blades a finales de la década del 70). Por otro lado, toda la trama del escrito de Rafael Sánchez gira en la emisora radial, ante ello tenían que buscar información sobre el poder de las emisoras radiales en medio del “abotellamiento” (tapón en Puerto Rico) en las horas pico. Sólo un puertorriqueño residente conoce el puntaje de audiencia de estas emisoras en esos momentos (6:00-10:00 am y 4:00 a 7:00 p.m.). La aportación fue tal que todos los participantes tomaron notas. No obstante, igual sorpresa me llevé cuando en la audiencia estaba la Dra. Gabriela Tineo quien había estado disertando sobre la figura de Luis Rafael Sánchez en el homenaje otorgado al autor en la Universidad de Puerto Rico en el año 2006 y especialista en su obra. Ella se expresó y concurrió con mis señalamientos. Esto provocó mayor atención a lo que decía. En fin otra aportación.

Como si la contribución no fuera suficiente, al finalizar la presentación, la Dra. Pineo me indicó que en la Universidad Mar del Plata en Argentina se estaría llevando a cabo un congreso internacional en el año 2011. Sostuvo que me estaría enviando los documentos para que considerara participar del mismo. Indicó que ante los comentarios y críticas que había hecho era que hacía el comentario y entendía aportaría en ese congreso. Me sentí muy alagado.

Llegó la hora del almuerzo. Nos habían recomendado varios centros. Uno de ellos era el comedor estudiantil. Deseaba ir y observarle. Después de caminar un rato encontré el lugar. Allí tuve que hacer la “cola”. Mientras esperaba se acercaron dos jóvenes más a la “cola”: Federico y Mariel. Ambos de 22 años, estudiantes e Ingeniería Ambiental. Fueron mis dos nuevos amigos. Me recordaban a Naldy y Juhnnel. Me explicaron el proceso: 1. Había que pagar unos cuatro pesos ($1.25) para comer el plato completo del día (el cual desconoces hasta llegar al punto de distribución); 2. se procede a otra fila donde entregas el recibo del pago y comienza a escoger la fruta del día (tuve suerte eran mandarinas); 3. tomas la bandeja de metal (similar a los comedores escolares cuando era niño en Puerto Rico), 4. varias personas sirven los alimentos, 5. buscas la bebida en vasos de Pepsi (agua) si deseas “gaseosa” (refrescos) conlleva un cargo adicional y 6. buscas donde sentarte. Buen provecho. El plato de ese día, dijo Federico, era un manjar: china mandarina, frijoles, ensalada verde, pan, morcilla de res y butifarra de chorizo. No estoy acostumbrado a ello y no me gustaba mucho. Pero la compañía y la plática de aquellos jóvenes, junto a los cientos que estaban en el comedor, me hicieron sentir como en casa.



Ella vive en la provincia de Rioja, se hospeda, su mamá (ingeniera de profesión) le envía unos 400 pesos semanales para cubrir gastos del “colectivo” (ómnibus o guagua), alimento (por eso almuerza en el comedor es mucho más barato que fuera), adquisición de “apuntes” (libreta) y otras necesidades. Federico indica que recibe menos sólo unos 150 pesos semanales, también se hospeda y cubre sus necesidades. Demás está decir que Federico comió todo lo que estaba en la bandeja. Ella dejó algo. Él es un visionario patriótico y ella una soñadora. Al final hay que llevar la bandeja a un lugar y adiós. Gracias amigos del comedor.




Cerca de las 14:45 comenzaba la mesa 43: Subjetividades y Género. El Dr. Niall Binns hizo una presentación sobre los escritos de literatas cubanas durante la década del 30 en específico durante la Guerra Civil Española. Una ponencia extraordinaria. La Dra. Manina Carla Franchini expuso sobre la figura de Luisa Capetillo. Soberbia exposición del rescate de esta figura del primer tercio de siglo XX. Otras actividades programadas en el resto de la tarde y noche. Tuve que renunciar a ellas. Tenía que preparar el viaje de regreso, no sin antes comerme la parrillada.

Salí de Córdoba a las 4:15 de la madrugada del sábado 4 de septiembre con un amplio repertorio de experiencias y observaciones. Pero el viaje no quedó ahí. En el avión conocí a un matrimonio que se dirigía a Punta Cana, República Dominicana. Llegué a Puerto Rico a las 3:50 de la tarde del sábado 4 de septiembre. Córdoba, gracias por recibirme y adoptarme por esos cuatro días. Saludos desde Puerto Rico.


La pagina oficial del Congreso puede ser conectada en:
http://blogs.ffyh.unc.edu.ar/centenariojoselezamalima/  
 
El programa oficial de las ponencias y mesas puede obtenerse a traves de:
http://blogs.ffyh.unc.edu.ar/centenariojoselezamalima/organizacion/programa-completo/

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