Tuesday, April 6, 2010

Un acercamiento al trabajo obrero de Lech Walessa y Rosa Luxemburgo

El desarrollo del movimiento obrero a nivel internacional ha estado dentro de escritos y manifestaciones desarrolladas como consecuencia de la Revolución Industrial. La mayor parte de la historiografía se remonta a los escritos de Federico Engels y Carlos Marx sobre las condiciones del pueblo trabajador durante el siglo XIX. No obstante, cuando uno se percata de cuales son las variantes de este discurso obrero desarrollado en dicho siglo, se percata que en el siglo XX hubo otras personas que contribuyeron aclarar muchas de las posiciones y a rectificar algunos planteamientos. Una de estas personas nació en Polonia y durante su carrera filosófica contribuyó al desarrollo de una clase obrera que se respetara a sí y lograra aportes colectivos.

La historiografía polaca relacionada al movimiento obrero es variada pero de la cual poco conocemos. Toma significado la presencia de una contribuyente al desarrollo teórico y práctico de las luchas obreras como lo fue Rosa Luxemburgo. Esta mujer se le considera una de las teóricas del siglo XX dentro del campo de las relaciones obrero patronales. De ella conocemos que desde muy joven fue activista del movimiento socialista. Se unió a un partido revolucionario llamado Proletariat, fundado en 1882.

Proletariat estuvo muy adelantado con respecto al movimiento revolucionario en Rusia porque organizaba y dirigía trabajadores en huelga antes que se desarrollara un movimiento en Rusia. No obstante en el 1886 este partido fue destruido ante la ejecución de su liderato, otros líderes fueron encarcelados y otros al destierro. Se mantuvo solamente pequeños círculos y entre los que estaba Rosa Luxemburgo. No obstante, Luxemburgo se convirtió en la líder máxima del partido Proletariat como estudiante universitaria. Para el 1894 el partido cambió de nombre por el de Partido Social Demócrata del Reino de Polonia y Luxemburgo su líder.

La popularidad de Luxemburgo llegó a tal grado que sus escritos y discursos fueron reconocidos en toda Europa, siendo Alemania su centro de trabajo. De hecho, tuvo adversarios que lanzaron improperios e injurias hacia ella como fue Wilhelm Liebknecht. No obstante, su trabajo intelectual crecía pasos agigantados. Después de comenzar a escribir frecuentemente en los diarios, llegó a ser uno de los principales colaboradores del periódico teórico marxista más importante de la época, Die Neue Zeit .

Es poco conocido que, a principios del siglo XX, Luxemburgo entró en controversias con Vladimir Lenin en Rusia. Específicamente la disputa se concentraba en lo relacionado a la cuestión nacional y la concepción del partido político y las masas sociales. Hay que hacer notar que para este año ya Luxemburgo no gozaba de buena salud. No obstante, a finales del 1905 regresó a Polonia y, a pesar de las restricciones del gobierno la fortaleza del pueblo estaba centrada en los talleres de los obreros: las fábricas. A pesar de todos los intentos del gobierno de prohibir las apariciones de los obreros, el diario clandestino de los trabajadores, publicado por Luxemburgo, se mantenía.

El momento más neurálgico de las relaciones entre Luxemburgo y los trabajadores y el gobierno polaco con apoyo ruso, se observó en el 1910, cuando se produjo una ruptura total entre ambos por el asunto de la vía de los trabajadores hacia el poder. Esta expresión llevaba a que los trabajadores y Luxemburgo entendían que los obreros tenían que ir en busca del poder político y el estado. Desde ese momento Luxemburgo pasó a ser la principal inspiradora del movimiento obrero.

Entre sus publicaciones de mayor renombre se encuentra en el 1913 La acumulación de capital. (Una contribución a la explicación económica del imperialismo) y en el 1914 Militarismo, guerra y clase obrera. La primera es considerada una de las mayores aportaciones a las teorías económicas de corte marxista desde escrito El Capital, de Marx.

La aportación de Rosa Luxemburgo al desarrollo de una conciencia de clase obrera tuvo frutos en todo el planeta. Ya en periodos posteriores los avances de los trabajadores polacos estuvieron dentro del ambiente de la Primera Guerra Mundial y la IIWW. De hecho, lo rígido del modelo ruso, y más adelante soviético, sobre las particularidades nacionales (de la cual Luxemburgo tuvo sus diferencias con Lenin) nutría un descontento social que se acrecentó a partir de 1956 en adelante.

En el 1976 surgió el KOR (Comité de Defensa de los Trabajadores), para prestar apoyo y asistencia jurídica a los perseguidos por el gobierno por participar en manifestaciones laborales. El KOR fue el inicio de la reorganización de la clase obrera polaca y, más adelante, se reformó en el Sindicato Libre de la Costa en Gdansk, antecedente directo del Sindicato Autogestionario Independiente: Solidarnosc (Solidaridad). Esta organización prácticamente agrupó a toda la oposición al gobierno polaco.

Solidaridad

El Sindicato Autogestionario Independiente ó Solidaridad desarrollado en Polonia fue un movimiento de trabajadores inicialmente clandestino y luego público. Su base estaba muy influenciada por los movimientos sociales y católicos. Es por ello que podemos decir que el movimiento fue uno social que luchó por las libertades y contra el régimen comunista.

A finales de la década del los 70, Polonia estuvo atravesando por eventos a nivel internacional. En el 1978 el Cardenal de Cracovia, Farol Wojtyla, fue electo Papa. De ahí en adelante pasó a ser Juan Pablo II, el Papa que surge de un país de gobierno comunista. Este evento es uno muy significativo pues a pesar de la opresión del gobierno comunista a las manifestaciones de tipo religiosas, en Roma los cardenales del planeta, habían elegido a uno proveniente de Polonia. Esta noticia fue notablemente atendida por la prensa internacional y polaca.

Para el 1979 Juan Pablo II realiza su primera visita a su país de origen en un viaje de peregrinación. Fueron millones de personas en Polonia que participaron de los encuentros y reforzaron su conciencia ciudadana percatándose del surgir de una nueva fuerza social. La presencia de un Papa en territorio comunista motivaba a los católicos a luchar y alcanzar cosas que antes no veían. Interesante mencionar que muchos católicos eran parte de agrupaciones obreras.

En mayo del 1980 en la ciudad polaca de Kielce una manifestación de cuatrocientas personas llegó al centro de la misma. Uno de los grupos más nutridos que se unió a la manifestación lo fueron los trabajadores de las minas. Como segundo grupo de trabajadores lo fue los de la fábrica de gomas de la ciudad. Específicamente la manifestación iba dirigida ante un movimiento del gobierno de privatizar la fábrica. Esta manifestación provocó que el gobierno decidiera no llevar a cabo la privatización por el momento. Ante los ojos de los trabajadores era una victoria. Así se pudo observar el liderato de un obrero, que ya se le reconocía su labor obrera, Lech Walesa.

Lech Walesa

Ya para el 1978 Walessa era reconocido pues organizó uniones obreras no comunistas y formaba parte de acciones en los astilleros polacos. Ya en varias ocasiones fue encarcelado y había estado siendo vigilado por el aparato de seguridad del gobierno comunista. La biografía que se presenta cuando se le otorga el Premio Nobel de la Paz indica que en agosto de 1980 lideró una huelga del astillero de Gdansk que ayudó al desarrollo de una ola de huelgas en la mayor parte del país .

Es reconocido que las primeras demandas de Walessa fueron dirigidas a fortalecer los derechos de los trabajadores de los astilleros. De hecho, las autoridades polacas se vieron forzados a acepar los reclamos de los trabajadores y a negociar el Acuerdo de Gdansk del 31 de agosto del 1980. Este evento es de gran significado para toda la clase obrera polaca pues se le otorgó el derecho a decretar y llevar a cabo huelgas. Puede observarse que se abrió una puerta que en el pasado no tenían los trabajadores. Las huelgas previamente habían sido decretadas como ilegales por parte del gobierno comunista.

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