Thursday, August 6, 2020

Llegamos a agosto 2020

Conversando con un papá en esta semana, nos presentó varias interrogantes sobre sus hijos en las escuelas. Una de ellas era que tenía que trabajar, pero sus hijos estaban en la casa para tomar sus clases. Entonces el recuerdo llegó de que en mayo de este año habíamos presentado aspectos que deberían atenderse sobre ello: los retos de las clases remotas y un regreso sin contagios. Un llamado directo a las instituciones escolares.

Hoy llegamos al mes de agosto con la pregunta: ¿qué se hizo para atender los dos retos con el tiempo de preparación? Presentamos varios ejemplos por conocimiento propio de familiares que se encuentran en los dos sistemas de educación: privado y público.

En el sector privado se han tomado varias medidas para el regreso a clases. Mencionamos las siguientes: procesos de limpieza e impermeabilización de sus instalaciones; aumento de la capacidad de banda de sus redes, en algunos casos cambiando las compañías de servicio de internet; invirtieron en equipos de servidores; ofrecieron adiestramientos intensivos especializados sobre cómo ofrecer educación remota; la adquisición de libros electrónicos ha evolucionado; establecimiento de costos mucho más bajos en matrículas; cambios en los horarios académicos; alternativas de estudio (híbridas, presenciales limitadas, remotas completas) y orientación a padres y madres sobre sobre sus planes. No obstante, aún restan dudas en el caso de padres y madres cuyos patronos les requieren ir a trabajar y ser maestros de su prole. Destacamos que esta situación aplica desde las escuelas maternales hasta el nivel universitario.

En el sector público se observa un desfase en lo mencionado en todos los niveles académicos. Es meritorio mencionar que existen algunas excepciones de trabajos realizados. Las interrogantes son bastantes y nos ocupan mucho tiempo de pensar. Desde los aspectos de infraestructura; adiestramientos al personal; mejoras en sus sistemas de bandas y servidores; adiestramientos especializados en la educación a distancia; certificaciones profesionales en educación remota; adiestramientos requeridos al estudiantado y muchos más, como que quedan en el aire. Las constantes observaciones en las redes sociales o en las oficiales del Estado nos hacen reflexionar.

Esto causa preocupación, porque hicimos observaciones necesarias, desde la distribución presupuestaria hasta el tiempo suficiente para atender estos señalamientos. Llegar hoy, en agosto 2020, a decir que se desconocía o que se carece del fondo requerido para atender lo necesario es inaceptable. Cambios a la ligera en “protocolos de prevención”, “sistemas operativos” y “adquisición de equipos inoperantes” a último minuto convencen poco y muestran improvisación.

Dirán que el tiempo fue poco y que la cantidad en el aumento de contagios fue causal para no llegar a los preparativos necesarios. Sin embargo, el aumento de casos es la consecuencia directa de falta de controles, con efecto en el estudiantado con más necesidades económicas y sociales, entre otras.

El refrán popular dice que “cuando se escuchan los truenos, es que va a llover”. En el mes de marzo 2020 era aceptable que la lluvia nos tomara por sorpresa. Hoy, en agosto 2020, pensamos que hubo el tiempo suficiente para adquirir las sombrillas o capas.

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