Monday, February 19, 2007

¿Nos consume el mercadeo?

Durante el semestre académico he estado en una etapa de reflexión continua con mis estudiantes del curso de Problemas Sociales de Puerto Rico. La reflexión nos llevó a concluir que se necesita más de un curso para comprender la problemática que vive nuestra sociedad y que este espacio sirve para crearnos más reflexión sobre la temática. A modo de ejemplo, un estudiante con un tono humilde y medio esquivo (tal vez pensando que lo que diría no le fuera atractivo al profesor o el grupo), definió la problemática social puertorriqueña como una multi-factorial. De inmediato coincidí con él y le pedí que abundara sobre su planteamiento.
Muy cuidadoso en sus planteamientos, comenzó a explicar desde su perspectiva una introducción histórica sobre lo que ha sido el desarrollo de la modernidad. El joven nos decía que con el surgimiento del capitalismo, la Revolución Industrial y las corrientes liberales de la época llevaron, y nos llevan, a que desarrollemos una falsa orientación a adquirir bienes y servicios no necesarios. Ante esta realidad, según sus palabras, las empresas comerciales se aprovechan y nos preparan el ambiente para el consumismo desmedido o el consumo conspicuo. El planteamiento crítico fue aceptado y se hizo eco en el resto del grupo.
Esta forma de pensar me llevó a cuestionar si la crisis socio económica puertorriqueña está asociada o no, según palabras del estudiante, a la falsa orientación consumista. De inmediato me percato como los consumidores hemos caído en la trampa y el juego del mercado. Un ejemplo de ello lo representa la forma en que se nos ha definido hoy día: ya no somos consumidores, nos hemos convertido en invitados. Incluso los/as trabajadores de estas empresas dejaron su papel de empleados y han pasado a ser asociados. Pero, ¿cómo las empresas nos orientan al consumismo? Eso lo logran a través de crearnos necesidades durante todo el año.
Comenzamos la nueva etapa celebrando el Año Nuevo. Para ello es necesario que nuestras vestimentas sean lo mejor posible para las festividades porque, ¿a quién no le gusta lucir sus mejores prendas dicho día? Por otro lado, ¿acaso no hay que vestir bien para comenzar el año? Claro está, no es la única celebración en la que hay que invertir para demostrar lo mejor de sí. Me pregunto, en el mes de enero, ¿quién puede olvidar el obsequio del Día de Reyes? La persona que lo haga no forma parte de nuestra tradición cultural.
Febrero, el mes que provoca que se haga lo que se tenga que hacer. Haciendo una retrospección, en unos momentos en la historia se observaba el 14 de febrero como el día del amor. Más tarde, y ya después del Día de Reyes, dicho día pasó a ser el mes del amor. Hoy día Febrero se transformó en el mes del amor y la amistad. Incluso las parejas que no reciben algo durante ese mes, ya se les considera fuera del ambiente, e incluso, piensan que “no se les ama”. Un ejemplo de ello son las diversas “encuestas” para denotar cuánto te ama tu pareja donde vas a encontrar las preguntas básicas de: ¿te obsequia en el mes del amor? ¿qué te regala en el mes del amor?
Marzo es el mes favorito. A muchos les resulta un poco raro el consumo en este mes. Recuerdo en mi niñez los anuncios de los cometas Gayla y la compra que hacía mi abuela para mantener la alacena llena. El propósito de la alacena llena era la Semana Santa. La Semana Mayor era vista como una de recogimiento espiritual total. Hoy día se ha convertido en el mejor momento de compartir con las familias en las playas, cruceros y vacaciones. El consumismo llega a tal extremo que ahora tenemos que celebrar la pascua florida, la compra de los huevos de pascua y, por qué no, hasta las decoraciones de pascua.
Si seguimos en el análisis veremos que abril no se queda atrás con la semana de las secretarias; mayo el mes de las madres; junio el de los padres; julio las vacaciones con los campamentos; agosto comienzan las clases; septiembre la época de huracanes; octubre el mes de las brujas; noviembre la acción de gracias; y diciembre, bueno época de fiestas.
No solo el comercio disfruta de estos eventos anuales, la banca se inclina “a ayudarnos” ante la necesidad y nos invitan (a través de las ofertas de préstamos y tarjetas) a aprovechar los bajos intereses. Claro está el objetivo es mantenernos al día y que no dejemos de participar en las actividades anuales.

Me parece, que la humilde opinión crítica de un estudiante en el salón de clases abre a la reflexión más profunda de una realidad, que puede pasar por desapercibida, en la sociedad puertorriqueña. Les invito a continuar con estas observaciones y tomar las medidas que mejor resultan para que no entremos al juego del consumismo desmedido.

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