Columna escrita por Raúl A. Pérez Rivera en el periódico El Nuevo Día del miércoles, 14 de diciembre de 2016
Varios
programas de radio se dedicaron recientemente a menospreciar a la Universidad
de Puerto Rico. Argumentaban que en las privadas había mejores profesores,
mejor equipo, mejores estudiantes y que hacían el trabajo con ¼ parte del
presupuesto de la UPR.
Sin lugar a
dudas algunas privadas han hecho grandes avances, particularmente aquellas que
en sus ofrecimientos incluyen programas graduados. Sin embargo, la gran mayoría
de los departamentos son pequeños y parte de los ofrecimientos graduados son
ofrecidos por profesores de la UPR, que trabajan a tiempo parcial.
De igual
manera, hay una amplia representación de facultad de la UPR, en los comités de
tesis, tanto a nivel de maestría como de doctorado. Sin este personal, muchos
de los programas graduados en las privadas, particularmente en el área de
ciencias, colapsarían.
Obviamente,
que algunas de las privadas tienen que tener buen equipo a la par con los
cursos graduados que ofrecen. Pero recintos como el de Humacao, en donde todos
los programas de ciencia son a nivel de grado técnico o bachillerato, cuentan
con laboratorios equipados con equipo sofisticado, (ej. microscopios
electrónicos), que permiten a profesores y estudiantes hacer investigación de
alto calibre y a tales efectos no tienen que envidiarle nada a las privadas.
En todos los
recintos universitarios hay excelentes estudiantes. Sin embargo, la selección
tanto a nivel sub-graduado como graduado es más rigurosa en la UPR. Un número
considerable de los estudiantes diurnos, a nivel sub-graduado, que hay en
las escuelas privadas son estudiantes que no han sido aceptados en el sistema
de la UPR.
Las privadas
pueden trabajar con presupuestos más pequeños, por varias razones. Entre estas:
departamentos con poco personal (tienen una gran cantidad de contratos a tiempo
parcial), sus profesores tienen una carga académica mayor que los de la UPR (y
sobre el promedio de los EUA), los salarios de los profesores son mucho más
bajos que los de un maestro de escuela superior en los EUA, contratan la gran
mayoría de los servicios y tienen menor duplicidad de trabajo administrativo
que los recintos grandes de la UPR.
Once recintos, una UPR
Columna escrita por Michelle Gotay Morales en el periódico El Nuevo Día del miércoles, 14 de diciembre de 2016
Columna escrita por Michelle Gotay Morales en el periódico El Nuevo Día del miércoles, 14 de diciembre de 2016
La educación es el arma más potente para cambiar el mundo (Nelson
Mandela).
Con la creación de la Universidad de Puerto Rico el jueves, 12 de marzo
de 1903, nuestra Isla emprende el proyecto de educación superior más
prestigioso hasta hoy día. Esto es así porque durante el año en curso el
Recinto de Mayagüez logró colocarse entre las mejores 1,000 universidades a
nivel mundial, según el Center for World University Rankings. Mientras, la UPR
como institución logró posicionarse en el puesto 59 de 526 universidades
iberoamericanas, establecido por el Ranking Iberoamericano, debido a su excelencia
académica, no obstante esa posición alcanzada debe producir un estímulo
adicional en la Universidad.
Consiste en promover con ahínco la investigación, pero no solo la
docente, sino también la estudiantil. De esa manera, la producción intelectual
de la juventud emprendedora será conocida con igual importancia y pertinencia
que la docente a través de publicaciones en revistas académicas, pertenecientes
a los once recintos universitarios y sus respectivas facultades y escuelas, y,
a su vez, se den a conocer en el exterior.
En el mundo competitivo actual, tener la oportunidad de publicar
investigaciones en revistas académicas y libros siendo estudiantes puede ser la
llave que posibilite ingresar a una escuela graduada de los once recintos e
incluso posteriormente integrarse al claustro de la Universidad de Puerto Rico
o fuera del país. Además, el Estado debe mejorar la disponibilidad de becas
para los/as estudiantes graduados/as.
Sus acervos bibliotecarios son imprescindibles y de incalculable valor, y
pueden aportar nuevos horizontes investigativos. De ahí, la importancia de
preservar las colecciones bibliotecarias de los recintos e impulsar una mayor
diseminación de conocimiento con investigaciones noveles y de envergadura a
través de revistas académicas y la Editorial, que aquilatan el buen nombre de
quien la escribe y de la institución. También debe fomentarse más la
importancia educativa, social y cultural que provee el presentar sus
investigaciones o proyectos artísticos en conferencias y simposios o
exhibiciones tanto locales como internacionales. La investigación académica y
artística, y su cultura enaltecen el prestigio de nuestra Universidad
glocalmente y, por ende, deben ser prioritarias su promoción y respaldo aún en
medio de grandes crisis fiscales y económicas.
Otro asunto acuciante es su plan académico y su proyección nacional, las
que deben valorar con igual importancia tanto a las facultades y escuelas con
una visibilidad en su rentabilidad, las ciencias, las ciencias ambientales y
las ciencias ecológicas aplicadas y la administración de empresas, entre otras,
como aquellas con una invisibilidad en su productividad, como es el caso de las
humanidades, entre otras.
Un ejemplo reciente de intentar hacer del Recinto de Río Piedras uno mercantil,
fue cuando al Departamento de Estudios Hispánicos, uno de los más longevos y
reconocidos, fuera puesto “en pausa” en 2011, mientras a otros los pusieron en
una lista para tomar acción sobre ellos después. Una reflexión atinada sobre la
literatura y el poder la hizo la primera directora del Programa de Estudios de
la Mujer y Género Mara Negrón Marrero en medio de la más reciente huelga
universitaria durante su segundo año consecutivo en 2011, y dice así: “Constato
una gran distancia entre lo que enseño y lo que hacen y dicen las instancias de
poder que ostentan los cargos más importantes del país”. Se me hace
urgente hacer constar que todas las facultades y escuelas de la Universidad de
Puerto Rico acrecientan por igual su brillo y brío con investigaciones,
presentaciones o exhibiciones.
En adición, la educación de los once recintos debe ser como la profesada
por el educador brasilero Paulo Freire, “La educación debe ejercer la libertad
y la creatividad” y debe además estar edificada “sobre cimientos de verdad y
sobre bases de bien”, según manifestara el educador puertorriqueño Eugenio
María de Hostos y Bonilla.
La UPR no sin retos tiene de frente un futuro esperanzador.
No comments:
Post a Comment