A través de la
historia de los seres humanos han existido invenciones que han transformado
nuestra forma de vida. Los medios de transportación son un ejemplo de cómo la
creatividad humana permite la diversidad de estos. Claro está que, la vida detrás
de estos mecanismos lo representa la presencia de humanos. Como ejemplo están los
transportes marítimos como los barcos y sus capitanes.
Existen
diversos tipos de barcos. Cada uno con sus particularidades y características que
les hacen únicos. Están los de carga, turísticos, exploración, de guerra,
mercantiles, veleros, de motor, profundos, llanos, en fin gran diversidad. Este
abanico de alternativas hace que cada barco necesita quien le capitanee porque
conoce esas particularidades. Es más, dependiendo del tipo de barco se
requieren destrezas precisas para la navegación. Los observadores desde fuera
del barco a veces piensan por qué no hace esto o lo otro. La realidad que sólo
el capitán (con su grupo de contramaestres) sabe lo que tiene que hacer en el
momento que lo tiene que hacer, por el bien de toda la nave. ¡Que muchos han
sido los que demuestran que con sus hazañas tenían razón al momento de tomar
las decisiones sobre su nave! La historia les ha dado la razón.
Es bien fácil
criticar desde otros barcos sin conocer la estructura, tripulación, mecanismos,
pasajeros, mercancías y lo que contenga ese barco en particular. También es cómodo
sentarse sin aportar con ideas y soluciones, a que el capitán tome decisiones.
Es más, traer soluciones sin conocer los detalles de cada barco. Como diría mi
abuelo, así cualquiera.
Existen también
diferentes capitanes de barco. Están los que cuando ven los vientos desde lejos,
prefieren esperar si existe otra persona para capitanear. También quienes por
el bien del barco aumentan los desafíos y traen la esperanza de llevarle
a puerto seguro, con sus desperfectos y posibles laceraciones. Les hacen claro
a sus contramaestres, tripulación y pasajeros, que saldrán de la tormenta y llegarán
a su destino.
Hoy estamos en
el barco que ha demostrado estar al frente en investigación, aportando ideas al
país, presentando evidencia de cómo se hacen las cosas, llevando a cabo las
tareas valientes y dejando atrás otros que carecen de rumbo fijo. En
medio de la tormenta perfecta se mantiene firme. ¿Qué puede haber ideas de
otros capitanes o barcos a incorporar o mejorar? Claro. Pero el nuestro posee un capitán y tripulación
que ha respondido en el momento preciso.
El tiempo y la historia demostrarán que este barco hizo lo que tenía que hacer para que próximos pasajeros, tripulaciones y capitanes puedan montarse en él. Preguntamos, ¿por qué hundir el barco propio en el que navego?
El tiempo y la historia demostrarán que este barco hizo lo que tenía que hacer para que próximos pasajeros, tripulaciones y capitanes puedan montarse en él. Preguntamos, ¿por qué hundir el barco propio en el que navego?
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