Wednesday, February 13, 2013

Noticias sobre la UPR

Comparto noticias recientes sobre la situación en la Universidad de Puerto Rico. Comentarios y mensajes representan la versión oficial emitida por sus autores y autoras del periódico El Nuevo Día versión electrónica.
 


Al rescate del futuro de la UPR

por DANIEL R. ALTSCHULER el 8 de marzo de 2013, en el
periódico El Nuevo Día, p. 66.
  
Estimado señor gobernador: en días recientes se han publicado primeras planas en algunos periódicos y se han emitido resoluciones por parte de las facultades de la UPR en los recintos de Mayagüez, Río Piedras y Ciencias Médicas, relacionadas con la suspensión de fondos para investigación que la National Science Foundation (NSF) ha impuesto sobre la Universidad. La amplia información y el detalle de estas expresiones, en ocasiones con nombres y apellidos, no debe desviar la atención a algo que va más allá de nombres y apellidos.

Al principio, cuando se hicieron los señalamientos hace ya casi tres años, se dio a entender por los que eran responsables, que se trataba de problemas burocráticos relacionados a la forma en que se contabilizaban ciertas tareas. Pero es difícil entender cómo es que tres años más tarde el problema no se haya resuelto. No existe grado de incompetencia conocido para poder explicar algo así. Claramente el problema tiene otras dimensiones que se relacionan con el manejo inapropiado de fondos, en particular el cobro de salarios injustificados. Pero si resultara que ha habido pagos injustificados, o que se han violado las directrices de la NSF, los responsables tendrán que rendir cuentas en su día. Lo más grave es otro aspecto que deseo resaltar
 
La UPR y sus escuelas graduadas son casi los únicos lugares en Puerto Rico en que nuestros estudiantes pueden comenzar a relacionarse con el trabajo de investigación científica, y en particular los estudiantes graduados obtener grados de maestría y doctorado, (pocos tienen dinero para estudiar en Estados Unidos). Realizan sus primeros pasos en el mundo de la investigación trabajando bajo la tutela de profesores investigadores que escriben las propuestas para obtener, luego de un proceso competitivo muy riguroso, fondos de investigación de agencias federales, que para la UPR representan decenas de millones de dólares anuales.

Estos fondos se utilizan para pagar el costo de equipo y materiales, para becas estudiantiles y salarios de personal necesarios para realizar las investigaciones, para cubrir los costos adicionales a la UPR por las actividades (fondos indirectos), y para merecidos suplementos salariales para los investigadores.

La suspensión de fondos ya representa la pérdida de millones para la UPR, lamentable en cualquier circunstancia, y más aun ante la precaria situación financiera que enfrentamos. Representa además, una pérdida de prestigio importante, una mancha que tendremos que lavar en algún momento, una percepción por parte de aquéllos que nos dan los fondos de investigación, que en nada nos ayuda. He escuchado referencias a “investigadores corruptos”.
Necesitamos continuar el trabajo investigativo y aumentar su cantidad y calidad y, para eso atraer a los mejores profesores y estudiantes. Pero ¿quién acudirá a la UPR ante esta situación? ¿Qué profesor aceptará un cargo si no puede obtener fondos externos? Es penoso observar como lo que se ha logrado luego de años de esfuerzo está en peligro de perderse por la mala gestión de unos pocos. Destruir es fácil; construir, difícil. Es inexcusable que se ponga en peligro el futuro de la UPR como universidad de investigación.

Durante mi incumbencia como director del Observatorio de Arecibo, que operaba con doce millones de dólares anuales provenientes de NSF, cualquier señalamiento (siempre los hay) se consideraba como cosa seria y se atendía con urgencia. No pasaban tres semanas (no tres años) para resolverlos a satisfacción de todos.

Deseamos una universidad autónoma, que sea dirigida por universitarios, tomando en consideración los mejores intereses de la institución, que es la universidad más importante del país, y que para muchos es la única oportunidad de obtener una educación de primera clase. Pero como lo dice un reciente editorial: la autonomía universitaria no es sinónimo de impunidad.

El pueblo de Puerto Rico, que invierte más de mil millones de dólares anuales en la UPR, tiene toda razón de exigir que cuando esos mejores intereses se dejan de lado, cuando se pone en peligro el futuro de la investigación, cuando se mancilla la reputación de la UPR, el Gobierno intervenga. Y ésa es la situación presente.
Le exhorto a tomar cartas en el asunto, que se intervenga la universidad de forma inmediata, que se atiendan todos los señalamientos de la NSF sin más dilación, para rescatar el futuro de nuestra universidad.



POR MANUEL MARTÍNEZ MALDONADO | 22 DE FEBRERO DE 2013 | 1:35 AM – 0 COMMENTS

            Cuando una institución se politiza lo primero que decae es su administración. Una razón histórica para esa suerte inevitable es que se nombran a las posiciones claves gente de “confianza”, que la mayor de las veces quiere decir desconocimiento y lealtad ciega. Al principio no se nota, porque la maña está acompañada del secretismo que evita que se sepan los asuntos turbios que comienzan a fraguarse en estos complejos ideológicos. Se crea lo que se ha llamado, en el caso del pillaje mundial de las hipotecas, la burbuja: una condición de auto engaño acompañada de pavoneo por parte de los arquitectos de estos laberintos de incompetencia que se convencen de que son genios de la planificación y el logro.
            Inherente a la burbuja es que los que ayudan a perpetrar el estado de falsa satisfacción se benefician de alguna forma de sus trampas y latrocinios. Invariablemente esa complicidad activa o ciega conduce a que los jefes emitan panegíricos declarando los extraordinarios talentos de sus copartícipes. De pronto, los que no tenían el conocimiento, ni las perspectivas de lo que iban a hacer, se convierten en grandes expertos que saben lo que saben: usualmente muy poco. Peor aún, no saben lo que no saben, y no lo sabrán nunca.
            Ese es el caso de la Universidad, institución en la que cualquiera puede llegar a jefe de departamento, decano, rector o presidente, dependiendo de su inclinación política, sus conexiones (sus amigos) o su familia. Peor aún es la capacidad del que nombra a los nombrados de mirar a donde se guisa ($$$) o hacerse de la vista gorda. Hacer creer que hay un conocimiento de gran valor compartido entre los que ignoran mitiga la ansiedad de los elevados a puestos para los que no tienen la preparación ni el conocimiento, y los hace perros falderos del jefe que también llegó, no por méritos, sino por amiguismos o inclinaciones partidistas. Además, hay poco que se aprecie tanto entre los mediocres como compartir con sus semejantes dentro de la burbuja, pues es una forma de convencerse de que lo están haciendo bien.
            En los regímenes totalitarios la educación, particularmente la superior, se convierte en diana del partido en el poder, porque es en ella que reside el pensamiento agudo y cualquier cosa con punta atenta contra la burbuja. Eventualmente los verdaderos universitarios de adentro o de fuera de la institución ayudan a estallar la burbuja. La universidad es también el equivalente adulto al niño que indica que el rey va desnudo.
            En el nuevo orden en que el derechismo fundamentalista obra, la ignorancia es suprema en su ideario. Es una doctrina que está en contra de la ciencia: no cree en la evolución, el calentamiento global, y repudia los datos (el fundamento del conocimiento) prefiriendo suposiciones, chismes, mitos y fantasías que les traspasan a sus seguidores para poder controlarlos con otros mitos y fantasías que se inventan sobre la marcha. Tanto así que comienzan a creerse los disparates inventados y las mentiras, que se convierten en dogmas basados en la fe partidista que adquiere ribetes dictatoriales al perder algo esencial para el verdadero pensamiento democrático, la objetividad.
            Como suele ocurrir con las pompas de jabón, se van uniendo unas a otras con facilidad. En nuestro caso, la de la UPR a la del gobierno central y, peor todavía, a la de la legislatura. Esta también mete tras bastidores su mano percudida en la caja de golosinas políticas que le ofrece el poder decidir si la universidad recibe dinero o no, controlar becas, enviar candidatos a las escuelas a las que es difícil entrar, y modificar la enseñanza que, según sus miembros, conlleva al izquierdismo.
            He oído de presiones indebidas de parte de algunos senadores para que se aceptaran estudiantes a la escuela de medicina y a la de odontología. Cuando se llega a eso, la seriedad y calidad de la institución va en picada aunque no emerjan a la luz del día los trapos mugrientos de sus dirigentes.
            Piensen en el desastre que representan las fallas que se han cometido con los donativos federales que a través de la National Science Foundation (NSF) le llegan a la UPR. Todo ese sainete es consecuencia del partidismo y la politización de la institución. En parte se ha querido premiar a unos por hacer lo que tienen que hacer. Es algo que no parece entenderse en nuestro país. Si a uno lo han contratado como maestro y lo hace bien, no es acreedor de un premio, es el deber y lo que tenía que hacer. El tiempo dice si uno se merece o no reconocimiento adicional. Si el contrato es para administrar fondos NSF no debe haber recompensa adicional por hacerlo bien.
            Manejar fondos federales es una tarea cada vez más difícil y complicada y no aburriré al lector con los detalles de la circular A-21 de OMB1, que es un documento de 109 páginas, y a la que un administrador tiene que volver cada vez a cerciorarse de que no está cometiendo un error. Vayamos a un ejemplo sencillo.
            Las universidades establecen unas escala de sueldos y unos incentivos. En el instante en que la institución somete y, si se aprueba, recibe un donativo federal para la investigación, se compromete y está obligada a llevar informes de tiempo y esfuerzo (Time and Effort Report) para cada persona que es parte del personal del grant. Digamos que el sueldo básico de un investigador a tiempo completo es $1000 al año, y es el investigador principal del grant en el que invertirá 30% de su tiempo. Esa persona deja de recibir $300 de la institución, cantidad que se recobra de los fondos federales, pero mantiene su sueldo en $1000. Usualmente, los técnicos que laboran en la investigación invierten 100% de su tiempo y reciben del grant 100% de su sueldo.
            En el ejemplo, no se le pueden añadir al sueldo básico $300 porque implicaría que, a la semana, la persona trabaja las 40 horas estipuladas por ley más doce horas (30% de 40 horas), un total de 52 horas. Los fondos de grants no se pueden usar para aumentar salarios ni para suplementos salariales. El gobierno federal no paga horas extras para investigar (ni para administrar). Aunque se trabaje 80 horas a la semana, el sueldo básico institucional es lo que determina el tiempo y esfuerzo para los federales. O sea, en el ejemplo, 40 horas equivale a 100% y a $1000 anuales, no importa cuántas horas se trabaje. La institución, puede subirle el sueldo básico a todos los investigadores cambiando formalmente sus escalas para así extraer más dinero de los fondos federales, pero entonces, cuando se acaba el grant, no puede volver a reducir sus escalas sino que tiene que continuar pagando el sueldo más alto. Es lo que A-21 llama consistencia fiscal.
            Bien llevado, el programa de fondos externos o patrocinados (sponsored programs), ayuda a las instituciones porque reciben fondos de costos indirectos para cubrir ciertos gastos asociados a la conducción de los experimentos necesarios para completar el “grant” (que, de paso, es más contrato que “donativo”, y significa que uno se compromete a hacer los experimentos que dijo que iba a hacer y a informar los resultados y el progreso del proyecto).
            Los fondos indirectos, que están designados para cosas como el gasto de electricidad, agua, bibliotecas y administración, varían, como podrán imaginarse, de sitio en sito y se basan en datos obtenidos por la institución y corroborados por una agencia contratada por el gobierno para cerciorarse de la validez de la información.
            Más importante es el prestigio que es para la institución tener fondos, ya sea del NSF, que respalda la investigación en las ciencias puras, o de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que financia la investigación biomédica. La investigación original es lo que define al científico, y sus publicaciones basadas en sus pesquisas lo que le da presencia en la comunidad científica en su campo.
            El misterio que rodea el desastre de la UPR y la NSF indica que el problema es muy profundo y serio. Por lo tanto, quieren que los detalles se queden en la burbuja. Desafiando la ley de que los documentos públicos lo son, no se ha presentado cuál es el verdadero problema con los informes de tiempo y esfuerzo. ¿Hay malversación de fondos? ¿Se les pagó a personas que no hicieron lo que se suponía hicieran en el “grant”? ¿Se le pagó de más a alguien? ¿Se gastaron fondos de investigación para cosas indebidas? ¿Se gastaron en cualquier cosa que no sea pertinente a la investigación? Hay una lista extensa de las cosas prohibidas en la circular 21 de OMB.
            Con esta complejidad me temo que una investigación del Senado del problema UPR-NSF enmarañe la situación hasta hacernos llorar. ¿A quiénes van a oír? ¿Quién les va a decir cómo se hace si es aparente que no saben o no quieren hacerlo bien? Ese resorte que suele afectar a nuestros gobiernos de traer “consultores” que no conocen el problema (y que no pueden comunicarse bien con el personal universitario) tampoco es una solución. Entiendo que ya se han gastado dineros exorbitantes en esto sin que se evidencie ninguna solución.
            El no haber resuelto ya este problema me temo nos dice mucho del pensamiento de la extrema derecha del el país. No querer seguir las reglas del gobierno de un país al que se quiere unir es el colmo del delirio. ¿Qué es, que los van a perdonar porque son proamericanos? ¿O es que son tan listos que se saldrán con la suya? Ese rechazo de las reglas que están en un manual de instrucciones es una forma de pensamiento retrógrada que solo la ausencia de lógica engendra. El pensamiento mágico que de esas mentes emerge, puede que sea peor de lo que presumo. Lo que hay que hacer es limpiar la casa y que personas competentes examinen y estudien el problema. Hay que explotar las burbujas. Para siempre.



19 de febrero de 2013  
Editorial del periodico El Nuevo Dia 
 
Lo que se juega la Universidad de Puerto Rico (UPR) con el obstinado incumplimiento por parte de sus administradores de requerimientos específicos de la National Science Foundation (NSF) es bastante más que la dolorosa pérdida de fondos para investigación científica.
 
La administración de la UPR tiene, por tanto, la obligación de lanzar una ofensiva, no de justificaciones estériles, sino de cumplimiento para evitarle a la institución una debacle de recursos, lesiva a la estabilidad de una de las áreas más estratégicas de nuestra principal academia.

Porque hasta ahora la administración solo ha puesto en vilo el prestigio institucional de una universidad que, durante años, ha apostado por convertirse en un centro de investigación científica de primer orden, para lo cual cuenta con investigadores dedicados que, sin poder evitarlo, ven cómo se mina su trabajo de toda una vida.

Con su pobre manejo de la situación, el presidente de la UPR, Miguel Muñoz, está a punto de convertirse en el enterrador de un proyecto de futuro que coronaría años de esfuerzo en los recintos de Río Piedras y de Mayagüez, no solamente para entrenar a jóvenes científicos, sino también para aportar a la ciencia con los descubrimientos de múltiples investigaciones.

Si la NSF decide, tras la visita que ha pautado para el 18 de marzo, cortar permanentemente los fondos que otorgaba a la UPR, suspendidos en abril de 2012 tras más de dos años de señalamientos de deficiencias, nuestra Universidad probablemente perderá también el dinero que otras agencias federales le asignan para similares propósitos científicos.

Los investigadores han podido continuar con sus trabajos porque la UPR suplió, mediante un préstamo de $6 millones del Banco Gubernamental de Fomento y fondos redirigidos, los más de $17 millones que dejaron de recibirse de la NSF, lo que agrava la situación presupuestaria de la institución.

La médula de los cuestionamientos, que son los informes de tiempo y esfuerzo de los investigadores, sigue presente, pues el principal señalamiento de la NSF, sobre el conflicto de intereses que puede haber cuando una persona hace investigación y, a la vez, autoriza los fondos y supervisa el proyecto, no se ha resuelto.

El foco de atención radica en el caso del profesor Manuel Gómez, quien dirige el Centro de Recursos para Ciencias e Ingeniería del Recinto de Río Piedras y a la vez realiza investigaciones. Según explicara a El Nuevo Día el síndico estudiantil Christopher Torres, Gómez ha cobrado más de $100,000 por tres meses de verano cuando un profesor a tarea completa puede cobrar hasta $70,000 al año.

La reglamentación dispone que debe ser la UPR, de sus propios fondos, la que remunere a un profesor por el tiempo que sustituye dar clases para investigar, lo que no habría ocurrido en este caso.

Peor aun, desde octubre pasado, la Oficina del Inspector General de la NSF realiza una pesquisa sobre seis proyectos de investigación y, aunque se ha dicho que no está vinculada a la suspensión de fondos, ciertamente contribuye a la incertidumbre.

Son muchos los factores que se han combinado para que la UPR se encuentre en el punto muerto en que parece estar en este asunto, pero la mayoría apunta a la figura del presidente Muñoz como el causante, o cuando menos el responsable principal, de la crisis.

No se puede seguir jugando con un problema tan serio, porque hacerlo pone en riesgo la capacitación científica de los estudiantes, el trabajo de los profesores y el nivel de excelencia que tenemos la obligación de garantizarle a la Universidad como plataforma clave en la construcción de la sociedad de progreso y bienestar que merecen las generaciones futuras.


12 de febrero de 2013                      3:39 p.m.
Por Alba Y. Muñiz Gracia / alba.muniz@gfrmedia.com


Estudiantes, investigadores y profesores denuncian mal manejo de millones de dólares en fondos que asigna la Fundación Nacional de Ciencias

Un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Puerto Rico exigió la renuncia del presidente de la UPR, Miguel Muñoz, y de los miembros de su Junta de Síndicos por la situación que ha provocado el mal manejo del dinero que asigna la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés), que podrían cancelarse definitivamente el mes próximo.

Asimismo, el grupo urgió al gobernador Alejandro García Padilla a intervenir en el asunto que amenaza con perjudicar a cientos de alumnos.

El profesor Jorge L. Colón, investigador del Recinto de Río Piedras, indicó que la comunidad universitaria está unida y dispuesta a "tratar de hacer presión para que se corrija la situación". Agregó que podrían llevar a cabo "acciones de presión en la Legislatura y al Gobernador" y mencionó la posibilidad de una marcha.

La determinación sobre el futuro del dinero dependerá de una visita de representantes de la NSF, pautada para marzo entrante, cuando se corroborará si la UPR ha cumplido con un plan correctivo, del que los profesores obtuvieron copia en octubre pasado.

"En su visita de marzo ellos solicitan que se les demuestre el cumplimiento. La consecuencia de no demostrar cumplimiento es que ellos podrían cancelar todos los fondos de investigación que proveen… Y no se está cumpliendo", planteó Colón.

El profesor indicó que el sistema universitario recibe unos $100 millones de la NSF para financiar investigaciones en todos sus recintos. De esa cantidad, $20 millones se encuentran congelados desde junio pasado, debido a una serie de irregularidades detectadas en el manejo del capital asignado al Centro de Recursos para Ciencias e Ingeniería (CRCI), adscrito a la administración central y al Recinto de Mayagüez.

La treintena de señalamientos detectados hace tres años y que han puesto en peligro ese dinero federal, incluyen irregularidades en las hojas en las que los investigadores documentan las horas trabajadas. El académico observó que algunos han solicitado aparentemente el pago por horas que no han laborado y que en algunos casos representan una doble compensación por el mismo tiempo trabajado.

Como parte del dinero que está congelado, la UPR tuvo que solicitar una línea de crédito de $6 millones al Banco Gubernamental de Fomento (BFG) para costear las investigaciones hasta junio próximo. Según Colón, la NSF ya le notificó a la institución que no le reembolsará el dinero.

"La Universidad va a tener que tener esa deuda ahí, adicional a la crisis fiscal que tiene… Esto es un escenario de crisis porque no hay alternativa de fondos. Esto implicaría cerrar proyectos", puntualizó Colón.

El presidente del Consejo General de Estudiantes (CGE) del Recinto de Mayagüez, Manuel Márquez, expresó preocupación con que la situación perjudique las Becas Pell y represente aumentos en la matrícula o costos extras para los estudiantes.

"Con respecto a esta deuda, dado las implicaciones de lo que la administración ha hecho, especialmente en el 2010, se acumulan las deudas en la universidad y terminan cobrándose a los estudiantes. Nosotros estamos preocupados que esto conlleve un aumento en matrícula y un costo adicional para los estudiantes también", afirmó Márquez en la rueda de prensa efectuada en el vestíbulo de Plaza Universitaria en Río Piedras.

"Una de las implicaciones es que estos programas trabajan bajo unos estándares que son similares. Hay una circular de Casa Blanca que es una certificación de tiempo y esfuerzo, que todos los programas federales tienen que estar cumpliendo. Si el RUM (Recinto Universitario de Mayagüez) o la UPR en general no cumple con esta carta, esto significaría que los otros programas tampoco cumplirían y tendría un efecto en las Becas Pell, que es un programa federal y otros", comentó el dirigente del CGE.

Según Márquez, si todos los programas se suspendieran, se estaría "matando el Recinto de Mayagüez", porque "el 67% de las investigaciones de la UPR" se realizan en ese recinto.

La profesora Annabell Segarra indicó que la NSF pidió específicamente los expedientes de seis investigaciones: tres del Recinto de Mayagüez y tres del CRCI.

El profesor José A. Martínez, investigador del Recinto de Mayagüez, indicó que en la Sultana del Oeste podrían afectarse adversamente unos 600 estudiantes graduados.




11 de febrero de 2013 8:32 p.m.
Por Brenda I. Peña López / brenda.pena@gfrmedia.com


Más del 95% de las investigaciones hechas en Puerto Rico se efectúan en la UPR y que más del 67% de ellas provienen del RUM

El Senado, en la sesión ordinaria de hoy , aprobó una resolución que ordena investigar el manejo de capital que recibe la Universidad de Puerto Rico (UPR) de la estadounidense Fundación Nacional para la Ciencia (NSF por sus siglas en inglés).

Esta medida legislativa fue avalada por todos los senadores, incluyendo los populares, novoprogresistas y la única independentista, con excepción del expresidente del Senado, Thomas Rivera Schatz.

La pesquisa estaría centrada en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y la Administración Central, tras los señalamientos que han surgido sobre posibles violaciones de leyes en los informes de tiempo, esfuerzo de investigadores y cobro de salarios, y por los que la NSF les suspendió el dinero dirigido a investigación desde el 23 de abril de 2012.

El pasado 1 de febrero, en una carta enviada al presidente de la UPR, Miguel Muñoz, la NSF amenazó con cesar de forma permanente el otorgamiento de todas las ayudas federales asignadas a la Administración Central y al RUM, si en la próxima visita que tienen programada para los próximos meses no cumplen con los requisitos exigidos.

“Por entender que la situación que confronta nuestra centenaria Universidad es una de alarma, y que están en riesgo las investigaciones, los salarios, los fondos federales, la sana administración y el buen nombre de la institución, entre otros asuntos, es meritorio que el Senado de Puerto Rico ordene una investigación exhaustiva al respecto”, señala la exposición de motivos de la resolución de la autoría del senador popular Aníbal José Torres Torres.

“Tengo que señalar que la NSF lleva notificando a la Administración de la UPR, desde hace tres años, unas posibles irregularidades y una terquedad e incompetencia de tal nivel, que ha salido en los medios de comunicación durante las pasadas dos semanas cómo no se le ha permitido a los cuerpos de participación estudiantil y al Senado Académico de la UPR que se conozca, en realidad, cuáles son los planteamientos que se están haciendo sobre este alegado mal manejo en los fondos otorgados para investigación, a través de la NSF”, dijo Torres Torres.

El senador popular agregó que más del 95% de las investigaciones hechas en Puerto Rico se efectúan en la UPR y que más del 67% de ellas provienen del RUM.

“Sin embargo, su crecimiento y su calidad se ven amenazados por una alegada incompetencia en la administración de estos fondos”, dijo el senador popular en la sesión.

El presidente del Senado, Eduardo Bhatia, recalcó que “ninguna universidad de investigación seria está fuera del marco de los fondos que le asigna la NSF, aún cuando la UPR era un centro de investigación muy importante, no contaba con los fondos”.

De igual manera, Bhatia recordó que a principios del año 2000, se hizo un esfuerzo para incluir a la UPR entre las recipientes de los fondos federales para investigación.

Durante la sesión senatorial también se aprobó la R del S 69, que ordena a la Comisión de Desarrollo Rural a investigar el crecimiento de los residentes del distrito de Guayama en las áreas de salud, empleo, ambiente, recreación, transportación pública y vivienda, entre otras.

La exposición de motivos señala que “se busca identificar los problemas que se presenten y determinar un orden de prioridad para atender los mismos” a los residentes de la ruralía.

Otra resolución aprobada fue la 78, que ordena a la Comisión de Recursos Ambientales y Asuntos Energéticos efectuar una pesquisa sobre las acciones u omisiones relacionadas al uso del capital público en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

El objetivo es evaluar el mantenimiento de equipo, funcionamiento de plantas, el Plan de Obras Capitales, los servicios de agua y la adjudicación de subastas, bienes y servicios.

Estas resoluciones recibieron, al igual que la 86, 25 votos a favor y uno en contra, por parte de Rivera Schatz.

El senador popular José Luis Aponte Dalmau no estuvo presente durante la sesión de hoy.




7 de febrero de 2013 2:47 p.m.
Por Keila López Alicea / keila.lopez@elnuevodia.com


La APPU responsabiliza a Miguel Muñoz por la posible pérdida de $17 millones anuales que otorgaba la NSF

La Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) denunció esta tarde que la situación fiscal de la Universidad de Puerto Rico (UPR) empeorará y su credibilidad a nivel internacional estará en riesgo si la National Science Foundation (NSF) paraliza definitivamente los fondos que otorga para investigaciones.

De acuerdo con la presidenta de la APPU, Lida Orta, la institución universitaria perdería alrededor de $17 millones anuales si la entidad federal determina no levantar la suspensión que está en vigor desde abril de 2012.

Para los educadores agrupados bajo la APPU, esta posibilidad es una muestra más de la pobre administración que rige la UPR, por lo cual aprobaron una resolución es asamblea para exigir la renuncia del presidente universitario, Miguel Muñoz.

“Entendemos que no hay espacio para mucho más. Esto ha sido una administración terrible, la UPR está a punto de una reducción en su potencial de allegar fondos externos, la posibilidad de una pérdida de recursos, tanto estudiantiles como docentes y no docentes si perdemos estos fondos y también está en riesgo la credibilidad y el prestigio de la UPR a nivel internacional”, sostuvo Orta.

El año pasado, la NSF suspendió los fondos que reciben la Administración Central y el recinto de Mayagüez para investigaciones por diversos señalamientos en torno al manejo del dinero, entre ellos irregularidades en las compensaciones a los investigares y problemas en los sistemas para registrar el tiempo que dedican a sus trabajos.

El pasado 1 de febrero, la NSF cursó una carta a Muñoz en la que reiteran la paralización de los fondos debido que la UPR no ha podido demostrar que ha corregido los señalamientos.

Orta acusó a Muñoz y a la Junta de Síndicos de la UPR de no tomar medidas correctivas contra investigadores que han sido identificados como los responsables de algunas de las irregularidades. Estos son el director del Centro de Recursos de Ciencias e Ingeniería del recinto de Río Piedras, Manuel Gómez; el decano de Ciencias Naturales de Río Piedras, Brad Weiner; y el investigador y profesor de física, Gerardo Morell.

Además de la renuncia de Muñoz, Orta reclamó que la Legislatura tome cartas en el asunto para derogar la ley que el cuatrienio pasado aumentó la cantidad de miembros de la Junta de Síndicos de 13 a 17 y aumentar la presencia de estudiantes y profesores en el cuerpo rector.

“Nos parece contradictorio que el gobernador y los legisladores no quieran tocar la universidad para no tocar la autonomía universitaria, pero se tocó cuando se amplió la Junta de Síndicos. Lo que queremos es que se derogue esa ley, lo que queremos es que se nos permita eliminar el obstáculo que tenemos para llegar a nuestra autonomía universitaria”, expresó la profesora.

Friday, February 1, 2013

Ficciología





(Foto cortesía de la Tienda Cultural del ICP)

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