Saturday, August 25, 2012

Los conflictos sociales manifestados en la literatura ensayística: El caso puertorriqueño en las décadas del 30 y 40

Ponencia a presentada en el VIII Congreso Internacional “Literatura, memoria e imaginación de Latinoamérica y el Caribe (por los derroteros de la oralidad y la escritura” el 14-16 de agosto de 2012 en el Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Católica de Lima, Perú.


Como estudioso de la historia social puertorriqueña llevamos cerca de dos años atrás comenzamos analizar el ensayo periodístico escrito durante las décadas del treinta y el cuarenta en Puerto Rico y el Caribe. El proyecto lo focalizamos en la figura del literato puertorriqueño Enrique Arturo Laguerre Vélez. Debemos señalar que somos de la municipalidad del literato y teníamos disponible la colección personal, documentos inéditos, la Fundación Laquerre y familiares del literato. Así que fuimos en busca de las personas que nos orientaron al respecto.

Perseguimos en este espacio varios objetivos. Nuestro primer objetivo va dirigido a ofrecer un poco de conocimiento panorámico del literato Enrique A. Laguerre. El segundo objetivo persigue abordar el ensayo periodístico como una forma de literatura poco estudiada en el Caribe y en Puerto Rico especialmente. Por último, pero no menos importante, buscamos presentar una muestra de los ensayos laguerreanos durante las décadas del 30 y 40 del siglo XX. Escogimos esta época, espacio y sujeto porque el periodo ha sido poco estudiado la figura de Laguerre desde una perspectiva histórica social.

Señalamos que todo comenzó como un ejercicio a nivel doctoral en el cual tenía que redactar un ensayo historiográfico. Recordemos que esta herramienta de análisis trabaja con el contenido del documento de estudio, conocer quién le escribe, su ideología, el contexto histórico en que escribe, conocer sus obras, en fin todo lo que envuelva el autor o autora en cuestión. Así que nuestra tarea inició con trabajos realizados dirigidos al análisis de la obra laguerreana. A modo de ejemplo, la Dra. Carmen Cazurro ha escrito varios artículos que resaltan la novela y literatura laguerreana. El Dr. Roberto Fernández y la Dra. Estelle Irrizary a su vez, analiza el contexto social y cultural en dichos escritos. Estos trabajos nos guiaron a conocer a profundidad la extensa obra literata y como parte de las fuentes secundarias. Restaba profundizar en fuentes primarias.

Enrique A. Laguere representa una de las figuras literarias y culturales más conocidas en el Caribe e internacionalmente. Fue novelista, cuentista, dramaturgo y periodista. Nació el 15 de julio de 1905 en el barrio Aceitunas de la comunidad de Moca en Puerto Rico y falleció el 16 de junio de 2005 en Carolina, Puerto Rico. A diferencia de sus contemporáneos puertorriqueños como Francisco Matos Paoli y Abelardo Díaz Alfaro que cultivaron la poesía y el cuento, Enrique Laguerre sobresalió en la novela, aunque su obra abarcó la mayoría de los géneros literarios. Con aquellos completó la trilogía cumbre de escritores puertorriqueños del Siglo XX. Al punto de que sus nombres han sido considerados para recibir el codiciado Premio Nobel de Literatura. Aún en sus últimos años de vida, ya en el umbral de su centenario, Laguerre fue considerado el más importante cultor viviente de la palabra escrita puertorriqueña.

La aportación laguerreana a la literatura puertorriqueña, caribeña e internacional resalta lo siguiente: obras en español e inglés y varias antologías. Su bibliografía cuenta con 15 novelas, 22 cuentos, 14 poesías, 15 prólogos de libros, 3 obras de teatro, 103 reseñas de libros y 1,804 ensayos. Dato imperativo de esta discusión es que las personas que estudiaron la obra laguerreana puntualizaron la faceta novelística y, muy pocos, en sus ensayos. De estos no existe ninguno que analice los ensayos periodísticos.

Por la aportación de Laguerre a la literatura internacional fue acreedor de numerosos galardones y distinciones, resaltando entre ellos el Premio Nacional de Literatura concedido por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1975; Proclama como Humanista del Año por parte de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades en 1985 y la nominación al Premio Nobel de Literatura en 1999. Pero, ¿qué relación entre la figura de Laguerre su literatura y los conflictos sociales puertorriqueños? Sobre ello es que presentaremos tomando como muestra los ensayos periodísticos.

El ensayo es el género literario que más relación tiene con la historia. Cuando se revisa el medio utilizado por los antiguos filósofos griegos, hasta los autores más contemporáneos, prevalece este género sobre los demás. La teoría literaria en general ha señalado como la época de más lustre del uso del ensayo a la Ilustración. Esto debido a que historiadores, pensadores y filósofos vieron en este género la forma de expresar “con una clara sencillez las ideas políticas, históricas y científicas” de su época. De hecho, Gustavo Bueno Martínez dice que “el ensayo es el género literario característico de la edad moderna” .

Como sabemos el término ensayo lo fija Michel Montaigne en 1580 al publicar la primera edición de sus Essais . Dentro del mismo siglo XVI, en 1597, comienzan a publicarse los primeros ensayos de Francis Bacon. Ambos escritores fijaron los principios históricos del nuevo género literario. Algunas características que diferencian al ensayo de la novela son: la temática, la extensión (que puede ser de pocas páginas hasta cientos), el rigor en los planteamientos que van desde el análisis hasta el detalle conceptual, el cual “puede variar el medio desde el periódico hasta un voluminoso libro” como nos dice Gabriel Vargas Acuña .

Conocemos que el género del ensayo tiene su función literaria. Utilizando las expresiones del Dr. Roberto Fernández quien nos comenta, en su trabajo Identidad nacional y sociedad en la ensayística cubana y puertorriqueña 1920-1940, sobre la importancia del género del ensayo en plasmar lo que ocurre en las sociedades. Fernández ilustra lo que entiende fue presentado por ensayistas cubanos y puertorriqueños a inicios del siglo XX en sus escritos. Indica que un propósito, que perseguían estos y estas, era presentar la realidad percibida de eventos que ocurren en su cotidianidad.

Vargas Acuña resaltó que un tipo de ensayo es el periodístico. En 2005 Bustamante y García Romero definieron el ensayo periodístico como “un monólogo documentado, que presentan trabajos que analizan un hecho relevante aportando juicios de valor, reflexión erudita y profunda condensado con conclusiones elaboradas por el autor”. Por ello presentan lo que consideran las características distintivas del ensayo periodístico como que “contiene un componente estético, puede tratar sobre un tema temporal, exposición breve, debe ser más ameno que riguroso y plantea una intercomunicación intelectual entre el autor y el lector”.

No obstante, hay personas que han cuestionado la pureza de los ensayos periodísticos y cuán válidos como fuentes. A modo de ejemplo, en 1922 Walter Lippmann en Public Opinion desarrolla una teoría que corroborará, en 1976, Raúl Rivadeneira. Lippmann es la importancia que tiene la prensa periodística para la población en general. Específicamente analiza los resultados de varios estudios que se realizaron en la década del 20 sobre la percepción del lector de las partes de los periódicos. Según Lippmann las dos partes de mayor importancia, según los estudios, son la sección de noticias y la de opiniones. Por la sección de opiniones se definen las cartas de los lectores, los editoriales, las columnas y las posiciones de individuos particulares.

Lippmann indica que la forma de redactar debe estar dentro de una ética de ser lo más objetivo posible. Para ello, Lippmann dice que es necesario que existan unas personas distintas que medien entre el periódico y el reportero. Estas personas son distintas a quienes reciben la paga directa por reportar las noticias.

Por su parte, Rivandeneira presenta ejemplos de la necesidad humana de mantenerse informado sobre lo que ocurre en las sociedades como lo que ocurrió en las décadas del 1920 y el 1930. Indicó que en esa época se produjeron varios hechos históricos sociales de importancia internacional que tenían efecto en los humanos. Algunos de estos eventos fueron: los movimientos políticos socialistas en Europa, alentados por el triunfo bolchevique en Rusia; la crisis económica degenera en caos con consecuencias terribles para todo el mundo.

Regresando al Caribe y su literatura, critico que los trabajos sobre la figura de Enrique A. Laguerre no focalizan la atención a los ensayos y menos en los periodísticos. Sin embargo, los análisis que se han efectuado sobre el ensayo laguerreano son limitados. Ante ello la interrogante, ¿no es igual de importante conocer los ensayos escritos en la prensa nacional? ¿Acaso no fue el propio Laguerre quien indicó en su Autobiografía el extenso trabajo de ensayística periodística? Un dato que nos resultó interesante es que sólo varias revistas literarias han hecho alusión a su ensayística periodística en Hojas libres. Otros artículos hacen alusión a lo escrito en el periódico El Mundo, pero no los han analizado. No obstante, cuando se profundiza el trabajo de la Dra. María del Carmen Monserrat-Gámiz titulado Bibliografía Enrique A. Laguerre: homenaje al novelista y humanista, se percata de la extensa cantidad de ensayos periodísticos de Laguerre.

Para tener una idea general de la aportación laguerreana en su carrera intelectual y literaria, se tiene conocimiento de 1,804 ensayos. De estos, el 25% trataba temas sociológicos, 11% de arte y cultura, 11% educación, 10.7% de personalidades, 9.5%política y economía, 8.3% planificación y 7.7% lengua y literatura. El restante de temas va dirigido a críticas de espectáculos, ecología, crónicas de viajes, historia y antropología entre otros.

Ahora bien, a pesar de conocerse la aportación de Enrique A. Laguerre en la prensa escrita puertorriqueña en las décadas del 30 y 40, no se ha realizado un análisis historiográfico de estos. Si bien es cierto que la aportación literaria de Laguerre en la novela y cuento se considera importante, no es menos hacer hincapié en el trabajo realizado a inicio de su carrera ensayística y periodística. Se sabe que la tarea de escribir artículos y columnas en los periódicos continuó hasta su muerte en el año 2005, específicamente con una columna en el periódico El Vocero. La importancia de analizar el periodo, entre el 30 y 40 junto al género del ensayo periodístico, es porque se desarrolla en una etapa de despertar cultural para el pueblo puertorriqueño, Laguerre formaba parte de dicho pueblo y porque este análisis ha estado al margen de estudios pasados.

En este periodo Don Enrique publicó 29 ensayos entre los años 1930 y 1948 en el periódico El Mundo. La mayor parte de sus columnas fueron publicadas en los días domingo. Gracias a investigaciones relacionadas sobre la prensa escrita se conoce que el domingo es el día más propenso a leer con más detenimiento y reflexión. Interesante mencionar que el 58 por ciento de los artículos giraban en temas tales como: sociología, educación y economía. El restante 42% era sobre literatura y temas culturales. Puede observarse que cuando comparamos los temas literarios y culturales vis a vis con lo social, el grueso de los ensayos en este periodo era de temas sociales.

Dentro del análisis de estudio observamos que existe una diferencia significativa en los temas de sus primeros ensayos entre el 1932 al 1939 y los escritos entre el 1941 al 1948 en el periódico El Mundo. Este aspecto nos lleva a partir del supuesto que Don Enrique fue moviendo su interés y ocupación hacia los temas de índole social compatibles con la sociología contemporánea. Una posible explicación es que ya en su madurez como ciudadano, y en plena Segunda Guerra Mundial, le prestara más atención al bienestar social puertorriqueño. Para tener una idea concreta, el 86 por ciento era de contenido social entre la década del 40. Esto discrepa con sólo un 25 por ciento escrito en la década del 30 sobre el mismo contenido.

Otro elemento que consideramos importante del estudio fue la frecuencia en la cual se escribieron estos ensayos. Observamos que el año de mayor producción y frecuencia fue el 1939. Ese año el periódico El Mundo publicó 5 ensayos laguerreanos en febrero, mayo, agosto y diciembre. Tal vez la concurrencia pueda preguntarse cuál es la razón de analizar este aspecto. De hecho, los otros años de mayor frecuencia, en publicación en el periódico El Mundo, se limita a sólo 2 por año. La diferencia es significativa entre los demás años y el 1939. Recordemos que en ese ano comenzó la Segunda Guerra Mundial.

Establecidos los planteamientos iniciales podemos decir que Enrique A. Laguerre expuso como ciudadano preocupado por la situación de conflictos sociales puertorriqueños y no necesariamente como literato. Un ejemplo de ello es el escrito donde presenta sus razones para mantenerse firme sobre la situación social de la niñez puertorriqueña y el analfabetismo.

En el artículo titulado “Juan B. Huyke y los niños” Laguerre (1936) hace referencia a la figura de Juan B. Huyke para dejarnos saber la calidad humana de este individuo que buscaba ayudar a la niñez puertorriqueña. No obstante, Laguerre no olvida la situación académica del pueblo en general muy en especial la niñez. En el ensayo expone Laguerre el problema del analfabetismo existente en el Puerto Rico de mediados de la década del 30. Indica que:

                 “Aparte del interés que tiene naturalmente el Departamento
                  de Instrucción y alguna que otra institución o persona
                  aislada es cierto que la niñez está bastante dividida en
                  Puerto Rico. Tratar de remediar el analfabetismo es una
                  labor digna de encomio. Presentarnos ante el mundo
                  como un pueblo con un bajo por ciento de analfabetismo
                   es una labor patriótica”.

Esta muestra es evidente que en un sólo ensayo, Don Enrique expuso dos eventos que pueden brindar luz de cuán cerca estaba de la realidad social. De hecho, estos datos pueden ser comparados y corroborados con otros documentos y escritos como el del Dr. José Colombán Rosario titulado La escuela rural. Rosario presenta la situación de las escuelas rurales en Puerto Rico. Al comparar los documentos se presenta el problema del analfabetismo en la niñez puertorriqueña como uno de los más apremiantes para combatir. También pueden ser corroborados a través de los datos censales del 1940. Los cuales revisé y confirman lo expuesto por Laguerre.

Nuevamente, en 1945, esta vez en el mes de septiembre, Laguerre publica otro artículo sobre temas sociales. Esta vez lo hace partiendo del problema del analfabetismo. Su título "Esbozo para un plan de alfabetización". En este ensayo comienza con una exposición del trabajo investigativo previo a presentar sus ideas. Recordaremos que en el tercer capítulo de este trabajo presentamos las características de la población de Puerto Rico entre ellos los por cientos de analfabetismo. En esta ocasión no sólo nos alerta de la problemática sino que ofrece alternativas para solucionar y aliviar el mismo, de acuerdo con las ideas estudiadas.

Son alrededor de veintidós ideas las que menciona Laguerre. Algunas de ellas son:

                 “1. Precisa tener un concepto amplio de lo que es
                       alfabetización.
                  2. Precisa señalar necesidades de cada grupo de analfabetos.
                  3. El problema del niño analfabeto es más urgente que
                      el problema del adulto analfabeto.
                  4. Hay que investigar concienzudamente la situación antes
                      de emprender la tarea.
                  5. Al comienzo del plan, limitar las actividades a algunas, 
                       que servirán de experimentación.
                  6. Establecimiento de centros de cultura locales con el fin de
                      ofrecer conferencias, debates, conciertos,
                  7. Se dirigirán los esfuerzos para conseguir mejores medios
                      de vida, partiendo de la realidad inmediata. Por ejemplo,
                       hacer el mejor uso de los instrumentos de mano.
                  8. Llevar mayores beneficios al mayor grupo de analfabetos.
                  9. Dar importancia a la preparación de maestros que han de
                      hacer la tarea.
                10. Afirmar la institución de bibliotecas, museos, etc.”

Laguerre penetra en estas ideas porque “son de vital importancia para enfrentarnos al caso de Puerto Rico” . Le llama la atención la realidad que vive la población puertorriqueña. Esta realidad se observa cuando Laguerre enumera de la manera siguiente:

                 “1. La situación política.
                   2. Las ideas del gobierno que nos rige (me refiero al local).
                   3. La concentración poblacional.
                   4. La carencia de grandes centros industriales.
                   5. El carácter agrícola del país.
                   6. El sistema escolar.
                   7. La situación social y económica.
                   8. Las facilidades de transportación.”

Estas ideas y realidades están tomadas de las observaciones hechas por Laguerre en sus recorridos por las diversas escuelas rurales, según comenta. Las visitas por Barranquitas y Comerio, entre otros, proveen los datos que utiliza para este ensayo. Observa “la ruina del cafetal” como parte de la falta de un buen sistema educativo. Compara el presupuesto que tienen municipios de la isla de sólo $10,000 para atender todos los problemas del mismo, mientras existen individuos en el gobierno que tienen un sueldo anual similar a estos municipios. De hecho, considera “antagónico” que esto ocurra. Según Laguerre, “debe haber sentido realista para acabar con esas incongruencias” .

El plan que esboza Laguerre atiende las necesidades reales del analfabeto puertorriqueño. Algunos de los criterios a trabajar son, como indica Laguerre:

                    “I. Es de absoluta necesidad que se establezca un sistema
                         de propaganda con los siguientes propósitos:
                         a. Conseguir la buena voluntad del pueblo en general.
                             1. Interesar a los analfabetos funcionales y naturales
                                 del plan.
                             2. Recabar la cooperación de aquellos individuos y
                                 entidades que puedan prestarla.
                         b. Despertar orgullo patriótico en la alfabetización
                             colectiva
                             1. De este modo conseguiríamos la desinteresada
                                 colaboración de prensa, radio, sociedades, etc.
                         c. Considerar el analfabetismo colectivo en un delito

                      II. Hacer una investigación concienzuda de las
                           posibilidades alfabetizadoras en nuestro ambiente
                          a. En la zona rural
                              1. Zona cañera
                              2. Zona cafetalera
                              3. Zona tabacalera
                              4. Otras zonas
                                  a. Tener en cuenta los meses de zafra y los meses
                                      de tiempo muerto
                                  b. Examinar las facilidades a mano; transportación,
                                      edificios, etc.
                                  c. Percatarse de las realidades económicas, sociales,
                                      religiosas, costumbristas, higiénicas…”

Los documentos oficiales del estado y fuentes independientes, ofrecen datos que aportan y corroboran que Enrique A. Laguerre plasmó la realidad social puertorriqueña en sus ensayos periodísticos. De hecho, el propio Laguerre indicó que escribía sus ensayos como testigo de lo que ocurría en Puerto Rico.

Los planteamientos de Laguerre sintetizan un parte de la cotidianidad del Puerto Rico de inicios del siglo XX y un poco nos lleva a observar la continuidad de muchos de los problemas señalados en el presente. Un ejemplo de ello es lo que tiene que ver con las condiciones de las escuelas en Puerto Rico. Laguerre describió el pobre mantenimiento de los planteles de la escuela rural. Hoy día observamos que los planteles están decadentes faltos de condiciones aceptables para mejorar los grados académicos en las escuelas rurales y urbanas. Como segundo ejemplo, Laguerre presentó la necesidad de eliminar el analfabetismo de lectura y escritura en las escuelas. Hoy día ese y el analfabetismo tecnológico y cultural está presente en sistema público de enseñanza. Países mejor industrializados han fortalecido sus escuelas públicas con materias que aporten al desarrollo de destrezas tecnológicas y culturales en todas las materias. Este elemento ha aportado a disminuir la deserción escolar en sus respectivos países. No obstante, en Puerto Rico del siglo XXI observamos este analfabetismo como uno de los problemas mayores que enfrentan los planteles.

Estos ensayos fueron presentados dentro del marco de conocimiento que enfrentó el poder político, social académico y económico de la época. Resultó en ofrecer el apoderamiento del pueblo a través de Laguerre. La voz de un pueblo en su momento fue escuchada a través de un medio que no necesariamente tenía acceso al mismo: el periódico. Laguerre usó muy bien el vehículo de su reconocimiento como literato, para apoderar al pueblo del poder oficial económico y político y sus cuestionamientos en las décadas del 30 y 40. Utilizar sus géneros literarios para presentar las realidades del pueblo y sociedad de su momento ha sido atendido por otros teóricos. Las fuentes como poemas, novelas, obras teatrales y otros, aportan al desarrollo de relatos en cada uno de esos pueblos. Recordemos que los ensayos periodísticos son un género literario.

Nuestras últimas palabras en el día de hoy van dirigidas a indicar que este análisis es uno inicial y que no pretende concluir sin haber penetrado más en los ensayos periodísticos laguerreanos. Sólo se ha utilizado una muestra en un periodo determinado no explorados a profundidad por otros y otras. Me parece evidente que se dejan muchas puertas abiertas que pueden ser analizadas a mayor profundidad para conocer un poco más sobre Enrique A. Laguerre, de quien me siento honrado de poder decir, mi compatriota y compueblano.



Referencias:
Bueno Martínez, Gustavo. “Sobre el concepto del ensayo”. Ponencias
        y comunicaciones presentadas al Simposio celebrado en la
        Universidad de Oviedo del 28 de septiembre al 5 de octubre de
        1964. Disponible en http://www.filosofia.org/aut/gbm/1964ensa.htm
Bustamante, Jenny y Marisol García Romero. “El ensayo periodístico: una
        propuesta didáctica”, Revista Científica de Comunicación y
        Educación, vol. 24, 2005, páginas 183-187.
Ceballos García, Gabriel. Lecturas Hispánicas. Barcelona: Editorial Edil,
        1974.
Fernández, Roberto. Identidad nacional y sociedad en la ensayística
         cubana y puertorriqueña 1920-1940, 1993.
Irizarry, Estelle. Estudios sobre Enrique A. Laguerre. San Juan: Editorial
         Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2005.
Laguerre, Enrique A., “Juan B. Huyke y los niños”, El Mundo, 29 de
         marzo de 1936.
________, "Esbozo para un plan de alfabetización", El Mundo, 30 de
          septiembre de 1945, p.8.
Lippmann, Walter. Public Opinion. Nueva York: The Macmillan
           Company, 1922.
Monserrate-Gámiz, María del Carmen. Bibliografía Enrique A.
           Laguerre: homenaje al novelista y humanista. San Juan:
           Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y del Caribe,
           2002.
Peñas Ruiz, Ana. “Epístolas familiares (1539) y Essais (1580), un
           enfoque comparado”, Revista de Investigación y Crítica
           Estética, vol. 4, 2008, p. 109-121
Rivandeneira Prada, Raúl. La opinión pública: análisis, estructura
           y métodos para su estudio. México: Editorial Trillas, 1976.
Rosario, José Colombán. La escuela rural. San Juan: Imprenta
          Venezuela, 1936.
Vargas Acuña, Gabriel. Un concepto de ensayo: redacción de
           informes técnicos, artículos científicos, ensayos. Escuela de
           Ciencias del Lenguaje, 1996 en la dirección electrónica http://www.cientec.or.cr/concurso2/concepto.html